Capítulo 1. Superado y con éxito

7 0 0
                                    

Narrador

Esta vez el personaje que me toca definir es a Carolina o "Caro" como la llaman sus padres. Una chica de 21 años, tímida, en gran parte solitaria, bipolar y algunas veces distraída. Esta historia empieza en un rincón de Londres, dónde el sol no sale siempre y por eso afecte tanto a nuestra protagonista. Pero no siempre ha sido este el escenario principal de ella, ya que cuando era muy pequeña sus padres se mudaron a una gran ciudad porque su padre encontró otro trabajo que se adaptaba mejor a las necesidades de su familia, pero a Caro no le gustaba porque no tenía muchos amigos y por ella sus padres decidieron volver al lugar de origen.

Para sus padres siempre ha sido especial, como dicen ellos "siempre, desde muy pequeña, ha sido alguien que necesita su tiempo para comunicarse". Pero para ella no era problema, prefería mil veces eso a estar aguantando gente incompetente que desordena su vida más de lo que se encuentra. Ella nunca se ha enamorado de nadie, más bien siempre ha quitado a los chicos de su lado. Pero necesita alguien que cambie todas sus expectativas, que le entren ganas de vivir. Toda su familia también lo desea, se cansan de verla triste, de malhumor todo el día, pero no la cambiarían por nada ya que tiene un corazón que no le cabe en el pecho. 

Lo que no sabía que su historia iba a cambiar tan pronto, y su primer día de clases comienza así:

Narra Caro

Es mi primer día aquí, estoy nerviosa, me he duchado, me he puesto la mejor ropa posible para dar buena impresión. Aunque no conozco a nadie, no es un gran problema para mi ya que nunca he tenido a alguien para compartir mis problemas. Mi vida está hecha un KO y no puedo cambiarlo pero quizá es que tampoco quiero hacerlo, me gusta vivir así. Me encanta estar sola, sin que nadie me moleste y así yo tampoco tengo que molestar a nadie con mis imprudencias. Adoro leer, escuchar música y sobretodo, soñar despierta. 

Mi camino ha sido largo hasta llegar hasta aquí, sobre todo cuando a papá lo trasladaron a otro lugar cuando yo era pequeña, pero ahora que nos podemos permitir el lujo de poder pagar mi carrera, hemos vuelto al fin a la ciudad que tanto añoraba. La carrera que he elegido para el resto de mi vida es Economía, siempre me han gustado los números son algo que me han gustado siempre. 

Cuando llego todo el mundo está en el patio, nadie nota mi presencia, creo que es mejor así, me gusta pasar desapercibida. Así mis nervios no se notan, y puedo entrar perfectamente por la puerta de la faculta. Logro escabullirme por los pasillos de las personas, voy a por mi horario de clases a reprografía que está al final del pasillo, por suerte no hay nadie allí y eso me gusta. Me dan el horario y busco la taquilla que me han asignado. 

Por fin la encuentro, dejo los libros que no necesitaré al menos a primera hora y voy hacia la clase. No sé muy bien donde se encuentra, pero menos mal que el horario va con un miniplano donde están las distintas planta del edificio con los números de las aula, lo que es una gran ayuda. Subo las escaleras hasta la primera planta y me dirijo hasta el final del pasillo donde se encuentra lo que será mi clase todo este año. 

Cuando por fin llego a ella, no hay a penas gente, solo un grupo de chicas que parecen muy soberbias, no me acerco a ellas, parece que no son de mi "status" pero tampoco me doy mal por ello, prefiero mil veces estar sola a juntarme con esa gente repelente. Así que me coloqué en un sitio, esperaba estar sola aunque era complicado ya que era una mesa larga con 5 asientos. Y como era de esperar, a los pocos minutos comenzó a entrar gente, por suerte se sentó una chica morena a mi lado. Ésta era morena, de unos 20 años y unos ojos grandes llamativos. Su nombre no sabía cual era todavía pero si vamos a estar juntas este año pronto tendría que adivinarlo. Ella se giró hacia mi, y me dijo: -¿Tú eres la nueva no? Yo me quedé quieta, dudo que se moviera algún músculo de mi cara a tal sorpresa. Pero yo me limité a responder que sí con la cabeza ya que todavía estaba paralizada. Ella respondió enseguida: Encantada, yo soy Blanca. Así que bueno ya sabía su nombre, y tuve que decir que me llamaba Carolina pero que prefería que me llamara Caro.

Cuando acabó esa hora, vi que todo el mundo se levantaba para salir de clase pero cuando iba a salir vi que ella se había quedado quieta pero no le di la menor importancia, y cuando pasé por su lado me tiró del brazo y me dijo: "Oye Caro, como tu eres nueva aquí, quieres que te enseñe esto?" Yo, me sentí algo extrañada ya que nadie en mi vida me había tratado así de amable y menos sin a penas conocerme. Le dije que sí, para que no se sintiera del todo mal, y yo no quería volver a ser del todo la chica solitaria. Ella me enseñó la biblioteca, que sería un gran lugar donde pasar la mitad de mi tiempo libre buscando libros. También los aseos, algunas aulas donde pasaríamos nuestro tiempo este año. 

El día terminó pronto, estuve con Blanca todo el tiempo, hasta nos intercambiamos el número del teléfono móvil por si tenia alguna duda sobre algún ejercicio, dudo que lo quiera para algo más pero nunca se sabe. Así que cuando llegué a casa, seguí la misma rutina de siempre, comer con mis padres y subir a mi cuarto para leer, pensar y estudiar no mucho más.

VIDAS DESORDENADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora