20. ¿Una cita?

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No podía creérmelo. Después de que Antoni hablara con Frederick para convencerlo de que nos dejara ir al pueblo a nosotros solos para pedirle la tarea a Sasha, Antoni me obligó a arreglarme de más. Mientras Frederick y Nathaniel se encargaban de unos fantasmas que rondaban la casa, Antoni revisaba mi ropa.

Era una nueva faceta la que me mostraba y la verdad me causaba diversión. Al final no importó lo que el creyera que me haría lucir más guapa, porque decidí poner unos vaqueros cortos, unas mallas para mantenerme caliente, sin embargo el fantasma casi me arrancó la sudadera de las manos y me obligó a ponerme una blusa de manga larga y un abrigo gris. Calcé mis botas marrones y tome mi bolso.

--¿Cuándo compre esta blusa?—pregunté mientras caminábamos por la carretera—realmente no la recuerdo

--como vas a recordarla si la tenías refundida en tu armario—se burló el fantasma—deberías sacar más esas prendas, favorecen tu figura y hacen resaltar tus encantos—arqueé las cejas y fruncí la boca

--si claro—me cubrí con el abrigo y crucé mis brazos sobre mi pecho—realmente me sorprendió que Frederick aceptara y Nathaniel también estuviera de acuerdo

--ellos son razonables cuando quieren serlo—Antoni iba en su forma física, por lo que no tenía problema en hablar en voz alta—no confían mucho en mi capacidad para cuidarte a causa de mis excelentes modales, pero he aprendido cosas de ellos, así que no te preocupes, te cuidare bien

--eso espero, tengo miedo de toparme con algún fantasma—mire a mi alrededor y suspire aliviada cuando no vi ninguno

--debes aprender a no temerles. Son como los animales, huelen tu miedo y lo usan en tu contra

--¿Cómo no me van a asustar si intentan tomar mi cuerpo?

--si no les temes, ellos te tomaran como cualquier fantasma más no como un posible recipiente—lo mire sorprendida y apachurré mi nariz con mi dedo índice—una vez que aprendas a controlar tus miedos veras que todo será más sencillo de sobrellevar

Continuamos hablando acerca de los fantasmas y de los poderes. Antoni aseguraba que podrían controlarse si controlabas tus emociones, que él así lo hacía, así que se ofreció a ayudarme con esa parte. También tocamos el tema de Einar, de nuevo, pero no tardamos mucho en cambiar al tema de la pulsera. Al parecer estaba algo intrigado acerca de eso, decía que Nathaniel no lucía afectado sin embargo algo lo molestaba. Pensé en hablar con él cuando regresase a casa, debía aclarar unas cosas.

--el baile será pronto, ¿me dejaras ir?

--claro que no—respondí de inmediato—los bailes de ahora no son como los de antes, son menos...elegantes—una risa escapó de la boca del fantasma—además Sasha dijo que escuchó por ahí el rumor de que no se habían recaudado los fondos suficientes para hacer el baile

--qué pena, me hubiera gustado ir a un baile—realmente lucia decepcionado y me hizo sentir mal

--algún día haré un baile en tu honor en el Gran Salón—dije mientras agregaba efectos de brillo con mis manos—el baile del Duque Antoni y pondremos código de vestimenta y todo—el rostro de Antoni se ilumino y no pude evitar sonreír—el próximo Halloween, así no tendrán tantos problemas y no tendremos que dar muchas explicaciones

--te lo agradecería eternamente—le resté importancia sacudiendo mi mano y me preparé para cruzar la calle

Un destelló brillo en mi costado derecho y me hizo detenerme. Me volví de inmediato y encontré a dos chicas de melena castaña y a una mujer alta y castaña. Las tres eran iguales y me asustaba el parecido pero no era lo único que me asustaba. Eran hermosas, tanto que lastimaban los ojos y de alguna forma, sabía que el destello venia de ellas.

KENNINGAR: A las Sombra De Sus Alas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora