Guillermo es un chico tímido, que adora el color rosa y el vestir falda con medias. ~
Samuel un chico sociable, amante de la perfección y de cuidar su cuerpo. ~
¿Qué pasará cuándo estos dos chicos se conozcan? ¿Cómo los tratará el destino?
-Daddy...
La tarde se aproximaba y eso solo significaba una cosa; el momento esperado para Samuel se acercaba. Era muy obvio su nerviosismo, pero una parte de el estaba súper emocionado por la respuesta que le diera Guillermo.
Por otro lado el menor se despertó de su pequeña siesta para comenzar a arreglarse, se dio una ducha rápida pero relajante, su corazón latía fuertemente en su pecho al pensar en la "cita" que tendría en unas horas con Samuel. Salió de ésta con una toalla rodeando su delicada y blanquecina cintura, mientras que con otra toalla más pequeña secaba sus cabellos.
Se acercó a su ropero y deslizó la puerta para comenzar a buscar ese conjunto de ropa que tenía guardado para algún momento especial. Y este era el momento para usarlo.
Su atuendo estaba compuesto por un sweater rosa pastel, demasiado suave y cómodo a decir verdad; está le quedaba un poco grande pero eso lo hacía lucir muy tierno y lindo. Se lo colocó lentamente para después sacar unas pequeñas braguitas con encaje color blanco. También se puso unas medias negras transparentes y una faldita del mismo color. Tal vez no era un atuendo tan glamuroso, pero para está ocasión le parecía bonito y elegante.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El pelinegro se acercó a su espejo y se miró de arriba a bajo. Sonrió al pensar que tal vez a Samuel le guste el como se veía. Sus mejillas tomaron un color rojizo al pensar en lo guapo que está noche se vería Samu. Tapó con sus ambas manos su carita tratando de ocultar su sonrisa de enamorado.
Camino de vuelta a su armario y busco entre todos sus pares de zapatos unos tacones que tenía color rosa. Estos por suerte no tenían mucho tacón y eso agradecía Guillermo, así podría estar más cómodo.
Tomó asiento en su cama y se colocó sus tacones. Camino con cuidado a un mueble donde tenía todo tipo de cosas para arreglarse como perfumes, cremas, maquillaje, algunos accesorios, etc. Y de allí tomó su crema para la piel favorita, olor de vainilla. Se echo un poco en sus manos y brazos para después esparcir un poco en su cara y cuello.
El menor se giró un poco para mirar la hora que era. Las siete y media. Todavía tenía tiempo para seguir arreglandose así que tomó su perfume y se colocó en su pecho y cuello. Aspiró su aroma y sonrió.
Por suerte está vez Guillermo había pintado sus uñas un día antes de un color negro con brillo. Así que ya no debía preocuparse por eso.
Caminó hacía el baño para entrar y peinar sus cabellos. Después de que logró que su peinado quedará perfecto volvió a su mueble y de allí tomó una bolsa de mano de un tono rosa pastel con algunos toques negros.
Cuando ya estuvo completamente listo bajo por las escaleras con cuidado de no caerse, algo que le entristecia es que no estaba su madre para preguntarle que tal se veía, o si le faltaba algo a su atuendo. Pues es que su madre y padre habían ido a la boda de uno de sus tíos. Al principio la madre de Guillermo no estaba tan felíz de dejar que su hijo no fuese a la boda de uno de sus familiares pero Guille le insistió que por favor lo dejará quedarse. La mujer estaba a punto de decirle que no hasta que el menor le confesó que iría a una "cita" con Samuel. Obviamente su madre al escuchar al antes mencionado no tardó ni un segundo en decirle. "Oh dios mío, vale está bien puedes quedarte. Saludame a Samuel de mi parte y diviertete cariño".
