Run Forrest, run.

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Tocan a la puerta, veo el reloj, las 5 de la mañana, ¿A quién demonios se le ocurría despertarme a esa hora?. Me levanté de la cama, solo traía puesta ropa interior, me vi al espejo y las ojeras que tenía me llegaban hasta los pies, me sacudí el cabello para desordenarlo, ya que se aplastaba con la almohada, y abrí la puerta.

— ¿Qué quieres aquí y a estas horas? — dije con pereza, manteniendo un ojo cerrado y el otro entreabierto, además de un poco molesto por la intromisión, pero grande fue mi sorpresa al ver a Zeth con una camisa roja un poco arrugada y unos pantalones negros ajustados. Estaba mirándome fijamente y con la ceja izquierda alzada. Palidecí y luego sentí como mis mejillas se tornaban rojas al darme cuenta que se había quedado estupefacto viendo mi torso completamente desnudo, tenía la boca semi-abierta, sentí que si no pronunciaba palabra, se abalanzaría sobre mí en cualquier momento para devorarme.

— ¿Qué... qué quieres, qué pasa? — lo único que mis labios pudieron pronunciar coherentemente, pero fue efectivo, porque se despertó del trance en el que se encontraba, trago saliva bruscamente, sacudió la cabeza y me miró a los ojos.

— Vine a buscarte para la lección de hoy — su rostro ya se volvía a ver tranquilo y relajado.

— Me vestiré y saldré, espera un momento — cerré la puerta y corrí hasta mi equipaje, saqué una camiseta negra sin mangas y sobre ella me puse un chaleco gris, con unos pantalones negros ajustados y rotos, luego salí de la habitación rápidamente para no impacientarlo.

El instituto realmente era inmenso, el jardín trasero abarcaba casi todo un valle, y ahí nos dirigíamos. Estaba nublado y eso me gustaba, caminamos demasiado a través de muchos árboles, llegamos al valle y en el centro había un maizal, ahí nos detuvimos y nos sentamos entremedio de las plantas de oro.

— Dime qué quieres saber. Eres tú quien hace las preguntas ahora y yo intentaré responder lo mejor posible — me lo dijo casi como una orden, aunque sonaba muy cortés.

Nunca me había detenido a pensar que era lo que quería saber sobre este tipo de cosas. Y ahora que lo hacía, me daba cuenta que eran demasiadas las que se conglomeraban en mi mente.

— Quiero saber porque cuando te presentaste,  dijiste que yo era el ser más poderoso de la tierra — pregunté por preguntar y lo miré fijamente a los ojos. Se tomó unos  minutos de silencio para pensar su respuesta.

— Es una pregunta curiosa, quizás porque tú aún no sientes el grab poder con el que cargas y el aura que emanas. Simplemente así eres, no imagino un ser superior a ti, tienes lo mejor de tres mundos, y si aprendes a manejar estos dones y llevarlos a una armonía, serás casi un Dios, incluso más poderoso que tu padre — dicho esto volvió a callar.

— ¿Por qué eres una quimera? — no sé la razón exacta, pero en ese momento, todas las preguntas que albergaba expectantes eran sobre Zeth, tenía curiosidad por saber de él y llegar a conocerlo.

— Porque el demonio que se apoderó de mi cuerpo quedó encerrado cuando me transformaron en vampiro.

— ¿Quién te transformo y por qué ? — era infinita la intriga que en mi se formaba.

— No recuerdo quien me transformó, solo sé que fue debido a que estaba muriendo.

— ¿Te estaba salvando?

— Algo así, supongo. En fin, ahora pregúntame las dudas sobre ti mismo.

— ¿Cuando bebes sangre, matas a tu presa? — era algo que me asustaba, pues yo ya había asesinado a una persona.

— No, si aprendes a controlarte, puedes dejarle con vida, te enseñaré eso, no te preocupes — creo que vió que tenía miedo sobre ese tema en particular y quiso que me sintiera tranquilo.

Pandemonium.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora