Capítulo 12

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Los dos nos sentamos en el banco. No entendía nada y solo quería respuestas para las miles de preguntas que tenía. Max sacó un cigarrillo del bolsillo y empezó a fumar. Era muy raro para mi verlo fumar. Él parecía el típico chico sano y deportivo que no caía en estúpidas drogas como esas.
Parecía agotado. Se le notaban las ojeras por no dormir y y su pecho respiraba despacio y tranquilamente. Cogía grandes bocanadas de tabaco y luego soltaba el humo sin ninguna prisa.

《Sé que lo odias, pero ¿puedes dejar de juzgarme, al menos?》dijo sonriendo de lado.

《Lo siento. Es que no es muy gracioso para un asmático que alguien fume a su lado.》dije encogiéndome de hombros.

Él hizo una ultima calada y apagó el cigarro. Se giro hacia mi con los brazos cruzados. Su jersey beige unas tallas más grandes que la que debería usar le marcaban sus pectorales. Él me miró travieso y eso me puso como un tomate. Me ajusté las gafas y adopté por una postura más seria y natural. Él intentó esconder una sonrisa sin mucho éxito. Era de noche y las estrellas palpitaban ahí arriba.

《¿Por qué no me dices la verdad?》susurré. No quería estropear ese momento tan cercano a él.

《No puedo. Ya lo has visto.》contestó buscando otro cigarrillo pero luego lo volvió a guardar acordándose de mi.

《Creo que hay algo más. Algo mucho mas importante que una misión. El señor Ruud ha dicho que tenia enemigos. ¿A que se refiere?》pregunté despacio.

《Janne... No puedo decírtelo. Joder, si Dios existiera, él sabría lo mucho que intento que todo salga bien.》

《¿Qué debe salir bien? Dímelo. Confío en ti pero tu también debes hacerlo.》

《Janne... Yo confío mi vida en tus manos. Créeme. Pero...》se levantó y se fue cerca del balcón. Yo lo seguí para cuando él ya tenia otro cigarrillo en la boca.
《Tengo que pensar en mil cosas a la vez. No puedo con toda esta responsabilidad. Y además estoy solo en esto...》dijo y por una vez se sentía débil. Parecía perdido y asustado y yo odiaba verlo así. Algo me decía que él no era así. Algo que no comprendía me transmitía la sensación de que Max había sido el típico payasete de la clase.

《Lo siento, Max. Pero debo de saber las cosas. Necesito saber para poder entenderte.》le dije atreviendome a acariciarle.

Él se estremeció ante mi caricia en el brazo. Se giro hacia mi y me cogió la mano. Entrelazó sus dedos con los mios y se los aproximó a su pecho.

《Hechaba de menos esto.》dijo ajuntando la frente con la mía.
《Te hechaba tanto de menos, Janne.》susurró abrazándome y dando un pequeño y sutil baile.

《¿Que quieres decir?》casi me dolió sacarle de aquella fantasía. Por fin se veía relajado.

Max abrió los ojos y me miro intensamente. Sus ojos eran mas oscuros. Hecho una calada al cigarro y volvió a mi.
《¿Sigues odiando el Brócoli?》me pregunto sonriendo.

《Claro.》conteste extrañada. ¿Se estaba burlando de mi?》

《Bien.》dijo él continuando bailando.
《Recuerdo cuando me viste. Tus ojos eran mas grandes que tus gafas.》recordó y se empezó a reír.
《Te juro que yo estaba peor que tu. Me petrifiqué durante un momento. Cuando me dijeron que tenian que ir a buscarte casi me falto aire para ofrecerme.》dijo besándome la frente y apoyando su barbilla en mi cabeza.
《Me dijeron que no vayase, pero los ignoré. Me advirtieron que seria duro y sobretodo el irte a recoger y ver como soy un extraño para ti.》

《¿Cómo? Max, no entiendo nada.》le dije pero él estaba perdido en su historia.

《Tuve que matar exactamente 23 soldados, 2 Nailos, 4 Sajos y viajar 3 horas en una nave mientras daba ordenes a 60 personas para recojerte. Y te juro que no me cansé porque sabia que luego estarías bajo mi control. Estarías por fin a salvo.
Pero luego te vi y tu no hiciste nada.》él aparto su cabeza y ahora parecía triste y ofendido.
《Nada. Me mirabas como si fuera un jodido extraño. No debí de aceptar aquella misión. No debí de volver a verte nunca. Y eso es el motivo por el que estoy ahora tan jodido, Janne.》

《¿Por mi?》pregunte con las mejillas inyectadas en rojo. Él ahora me miraba con odio.

《Por ti. Por tus gafas, por tu pelo, por tu asma, por cada centimentro de tu cuerpo, Janne.》ahora se acercó tanto hacia mi que vi que estaba bebido.

《Max... Estás borracho. Vamos a tu habitación.》le dije invitándolo a salir.

《Si vamos a mi cuarto no me haré responsable de mis actos.》dijo él de una manera oscura y pervertida.

Sin querer hacerlo le pegué un manotazo en su mejilla. Max se quedó quieto con la cabeza girada.

《Lo siento.》dije cerrando los ojos y apretando los puños.

《Lo siento yo. Ojalá estuviera en tu lugar, Janne. Todo seria más fácil. Tu sabrías que hacer.》dijo y se fue.

Me quede de pie sin saber que hacer. Me odiaba pero a la vez había dejado claro que no fue siempre así. No entendía nada. Me había dicho tantas cosas que mi cerebro no era capaz de procesarlas.

Esa noche me fui a dormir sin cenar. Me hice la dormida cuando mis compañeros se acostaron y cuando empezaba a conciliar el sueño, alguien me sacó de la cama.

《Medianoche.》dijo y me cogió en volandas.

Caminamos sigilosa pero rápidamente por los pasillos y fuimos al gimnasio. Ya no habían las extremidades robóticas. Max parecía mas renovado y me sentía mas segura.

《¿Preparada para patear traseros?》me dijo entregándome el arma.

Yo la cogí con mas ánimos. Ahora sabia que podía volver a ser yo si superaba aquellas pruebas.

《Recuerda: nada es real. Así que mata a todo el mundo sin piedad.》dijo y me abrió la puerta de aquella pecera.

Entré decidida. Ahora sabia a lo que me enfrentaba. Como la ultima vez, aparecieron mi familia y aunque la sensación fue asquerosa, disparé en la cabeza a todo el mundo. Luego el paisaje cambio por completo. Las paredes se tiñeron de negro y unas figuras azules corrian hacia mi. Disparé a todas antes de que ellas me dispararan a mi. Para eso tuve que agachar, saltar, correr y esconderme.

Al final la prueba acabó y Max me aplaudía orgulloso.
Corrí a abrazarlo y el me correspondió. Lo había hecho y me sentía llena de adrenalina.

《¿Lo he hecho bien?》pregunté aun con la respiración agitada.

《Perfectamente. Vas ha aprobar el examen. Pero la próxima vez, concentrate más en recargar.》

《Hecho.》dije feliz.

《Janne... Lo siento por lo de antes. Estaba borracho, nervioso, amargado y lo he cargado en ti.》

《No te preocupes.》le dije tranquilizándolo.

《De acuerdo.》pero no parecía mas tranquilo. Quizás se acordaba de información que me había dicho y no tenia por que.

《¿Cuándo es el examen?》pregunté.

《Pasado mañana. En teoría mañana. Ya son mas de medianoche. Deberíamos irnos, mi pelo no es fácil de camuflar.》rió él.

《A mi me gusta.》declaré. Luego mi cara se tiñó de rojo.

《¿Enserio? Pensé que era mas atractivo cuando solía ser moreno.》

《Pues déjate de teñir.》me encogí de hombros.

《¿Teñirme? Este color me lo causo un experimento cuando tenia 13 años.》dijo sonriendo de lado.

《¿¡Cómo?! ¿Que clase de experimento?》

《Bueno esta organización tuvo que hacer algunos comienzos para llegar a ser lo que es ahora. Querían ver si el cerebro de un preadolescente podía actuar como uno de un hombre mayor mediante una píldora. Bueno... La píldora transformo mi cabello en este color. Luego vieron que no eran canas ni que me quedaría calvo sino que me había quitado la pigmentación.》

《Es horrible.》pronuncié.

《Al menos te gusta.》se rió él.

Los dos nos fuimos a dormir. Estaba agotada y necesitaba prepararme para el examen mentalmente.

J. R. Third

El código olvidado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora