Es que con sus ojos escribía poesía
Con sus ojos me acariciaba él alma
Sacaba los demonios
Que me poseían
Sus ojos tan profundos
Que podría ahogarme con su amor
Esos ojos que quemaban
Esos ojos que sabían
Llorar de dolor
Curaban mis heridas
esos ojos con luz propia
le iluminan el camino
a mi alma perdida
Ojos tan bellos
Que podrían ser dos obras de arte
Ojos tan divinos
Que me obligan a amarte
Ojos que se han vuelto
Mi luna de noche
Mi sol de día
Ojos que irradian
Y contagian alegría
Dos pupilas marrón
Que valen mas que un diamante
Dos pupilas que penetran
Con esa mirada tan fragante
Porque por ver sus ojos
Empeñaría mi vida
Por ser lo primero que veas cada día
Y con lo que sueñe de noche
Ojos que de sensualidad y deseo
Hacen derroche.