11.39
El paisaje parece aún más brillante a medida que va muriendo la mañana. Incluso el calor humano encerrado en esta máquina con ruedas, resulta acogedor.
11.41
El sol en mi cara no es más que el testigo del miedo escondido en mi cuerpo. Me hace sudarlo, sintiéndome aún más humana e indefensa ante mi terrible destino.
11.44
Que juguetón resulta el tiempo en estos momentos, acortando mi final, pareciera que todo avanza aún más rápido, aún más frenético. Y como para afirmar esto último , los sonidos que emergen de estas máquinas con ruedas suenan sin parar. ¿Cuál es la prisa? ¿Por qué el mundo sigue avanzando cuando yo estoy aquí, atrapada en mi cuerpo sin querer seguir más?
11.53
El camino se acorda a la conveniencia de otros, un par de calles de concreto separan mi vida del dolor. Pareciera que al bajar de aquí el día se nublara un poco, oh vida, ¿es esto muestra de tu compasión por mi? Acompañarme en mi dolor no disminuye la carga, ahora la gritas a todos los vientos y se vuelve aún más pesada. Enmarcas este macabro día con nubes en el cielo.
11.56
Y mientras camino por esta senda puedo divisar a lo lejos el fuerte del dolor, el templo a la tortura y la frialdad. Diez o doce metros me distancian y no puedo extender más mi tiempo. Debo ser fuerte, debo entrar por voluntad propia a ese lugar, aún sabiendo que cuando salga no seré la misma.
12.04
¿Qué he hecho en mi vida? ¿He dejado alguna marca en el mundo, o es el mundo el que me ha marcado a mi?, me pregunto sentada en esto que llaman sala de espera.
12.10
Ahora, que llega mi turno, prometo guardar en mi mente todas las penurias y dolores, luego, fielmente retratados en tinta. Prometo no olvidar el dolor sufrido.
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Bitácora de un paciente de dentista
Short StoryHay torturas que aún son legales. Lo peor, es que por voluntad nos sometemos a ellas.