Quizá era algo que el otoño traía con él, pero esta era sin duda la estación más romántica. Posiblemente se debía a las hojas anaranjadas que caían en la acera cada vez que iba a dar un paseo, o a las lluvias cálidas que todos veían con una tasa de chocolate entre las manos.Para mí, nada de eso. Cumplía diecisiete en menos de un mes y solo quería tener mi licencia de conducir entre las manos, era un pequeño paso a mi libertad.
Mi madre se oponía rotundamente, era obvio, para ella yo aún era su pequeño que quería acunar entre sus brazos a cada rato. Ya tenía diecisiete menos un mes, no podía seguir tratándome así por otros diecisiete años, aunque eso solo lo decía la parte de mi cerebro llamada típico adolescente. Mi parte, la parte llamada WonWoo, sabía que quería a mi madre haciendo eso por diecisiete y muchos años más.
Aquella mujer adoraba que yo saliera de casa, o ella odiaba hacerlo, no estaba claro, pero yo siempre terminaba por encargarme de las pastas, el pan, la leche, el pollo, los vegetales, la fruta, el papel higiénico y hasta a pagar los gastos comunes había ido una vez. No me quejaba, de camino siempre pasaba algo bueno.
Una vez ayude a una anciana a cruzar la esquina, lo que me hizo feliz por un día, me sentía como todo un explorador consiguiendo una nueva insignia, también vi un gato sphinx una vez, era más humano que todos los demás gatos, creo que me dijo algo o yo estaba loco por personificar gatos.
Pero sin duda, hoy había sido el encuentro más extraño, me había topado a una mariposa, en otoño.
Era algo extraño, pensé que había sido una hoja y que yo estaba viéndole volar gracias al viento, pero hoy no habían corrientes y estoy seguro que la mariposa había dado algunas vueltas a mi cabeza antes de desaparecer.
—Mamá —llamé.
Toda mi familia estaba sentada en la mesa para cenar; mis padres yo y mi hermano pequeño: un bebé que hablaba demasiado. Era una lastima que no le pudiéramos entender, quizá nos estaba diciendo donde estaban los extraterrestres o como curar el Cancer, lo que hablaba parecía interesante si lo mirabas a los ojos, algo escalofriante.
—¿Si? —contestó.
Creo que debería dejar de inventarme historias con tan solo ver a la gente.
—¿Que crees que significa ver una mariposa en otoño?
Si había algo de lo que mis padres estaban muy al pendiente, era de las señales que el universo nos daba a diario, y a mi se me contagiaba, desde luego, yo era un chico curioso.
Mi madre soltó una carcajada, la que no supe descifrar, no había por que reírse. Sus ojos buscaron los de su marido y compartieron una mirada complice y algo coqueta.
—Se dicen muchas cosas —dijo esta vez mi padre—, pero nosotros tenemos nuestra pequeña propia teoría.
Fruncí el ceño y madre prosiguió.
—En secundaria, vi una mariposa, el trece de octubre.
Era su aniversario.
—Yo también la vi —mi padre alzo la mano— y luego...
—Nos conocimos.
Era algo cursi como terminaban la frase del otro, pero creo que prefería padres empalagosos a padres separados. No, no creo que separarlos a ellos sea posible.
—Eso quiere decir...
Seguí comiendo la pasta que tenia en mi plato con algo de dificultad. Era como comer cabello enredado y pegajoso de alguna bruja del bosque, era todo un lío meterte uno a la boca.
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Un otoño • meanie (one shot)
FanfictionWonwoo no creía en el otoño o en el amor, pero un bello, sonriente y algo acontecimiento le haría cambiar su opinión.