Tan pura, tan libre.

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"Y ahí estaba ella, tan pura y tan libre como jamás la hubiera imaginado. A la vez tan frágil y lejana en mis sueños anhelados. Tan fría como el agua de un río, tan ardiente como llamas de fuego que incendian este corazón. Que he hecho yo, Andrea, para merecer semejante obra de arte."
-Nada, no había hecho nada, solo llego y llego para quedarse. Alexandra cada día llamaba más mi atención. Sabia que éramos amigas, estaba consciente de no tener exclusividad en nuestra relación. Sin embargo me sentía dispuesta a caer desde el punto más alto del universo por ella. Que estúpida eres, murmuro a mis adentros, es imposible, acaso deseas tener otro amor correspondido como el que duro 3 años, NO, NO QUIERES.
*Una lucha interna existía en mi mente y mi corazón* yo sabia lo que quería, pero también sabia lo que realmente necesitaba. Necesitaba amarla como amiga y nada más, no sufrir por ella, no sentir celos, no nada, simplemente dejar que fuera lo que debía ser y no empeñarme más en lo imposible.
*Andrea, debes entender que simplemente no se puede, entiéndelo ya de una puta vez.*
-¿Como te sientes mamita? Me pregunto con su dulce voz Alexandra.
-Bien le respondí, sin saber que estaba batallando con lo que seria nuestro futuro.
-No te creo tonta, te vez muy distraída, menciono ella y concluyo con una guiñada.
-No es nada, simplemente me distraje con tu cara, le respondí de manera pícara, dejando a un lado la verdadera razón de mi distracción.

La vida de una adolescente suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora