Narra Tn
Estaba sola. No tenía a nadie. Lo había perdido todo. De pronto sentí que en la palma de mi mano derecha apareció una marca.
-¡¿Qué es esto?!-. Chillé sollozando de la angustia a la que había sido sometida. En la palma de mi mano había un t...
-Esperad un rato, muertos de hambre-. Dijo Ban metiéndose en la cocina.
Me fui a hablar con Diane afuera.
-Hola Diane, ¿qué haces?
-¡Hola, Tn-chan! Estoy viendo si hay algo o alguien por los alrededores. Pero supongo que no hay nadie-. Estábamos pasando por una zona montañosa.
-¡Me apunto!-. Extendí mis alas y eché a volar. Me senté en su hombro. Así estuvimos, hablando un buen rato.
-¡Oye, Tn! Ve a avisar al capitán y a la princesa-. Me gritó Ban desde abajo.
Me despedí de Diane y entré. Todo el mundo ayudaba, a su manera, pero ayudaba. Subí a la habitación de Eli-chan.
-Espero que estén aquí-. Dije en l puerta de la habitación del capitán. -Porque ya he intentado entrar en la habitación de Eli-chan y estaba cerrada con ''Perfect Cube''.
Toqué varias veces, pero no me abrieron. Escuchaba voces dentro, por lo que sabía que estaban ahí. Opté por manipular la puerta. Solté un suspiro de alivio cuando la puerta se abrió. Pero cuando entré me encontré al capitán y a Eli-chan besándose. Una oleada de tristeza me abrumó, pero lo disimulé rápidamente. Sentía que la lágrimas iban a salir violentamente, pero las contuve a tiempo. Carraspeé para hacerme notar y ellos se separaron, algo cohibidos.
-¿Q-qué haces aquí, Tn-chan? Preguntó Elisabeth.
-Ban quiere que bajéis a cenar-. Dije dándome la vuelta sin mirarles a ninguno de los dos a los ojos y apresurando el paso para llegar pronto a la planta baja. Pronto ellos me siguieron.
-Al fin bajáis-. Dijo King cuando por fin estábamos abajo.
-¿Ocurre algo?-. Preguntó Gowther al ver mis hombros algo hundidos por la tristeza.
-No. Todo va bien-. Le dediqué una sonrisa fingida. Empezamos a comer. -Por cierto, Gowther...
-¿Sí?-. Apartó la mirada de el libro que leía en ese momento.
-Toma-. Le di una pulsera con una piedra dorada en el centro.
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-Creo que te servirá más a ti que a mí-. Le dije.
-E-es un detalle-. Dijo algo cohibido volviendo a su lectura.
La comida transcurrió con normalidad. Cuando terminé, me levanté con un poco de brusquedad. Pronto me arrepentí de esa acción, porque todo el mundo se me quedó mirando sorprendidos. -Komene, pero tengo que hacer algo. Si me disculpáis-. Y salí de allí apresurada. Tenía que ir a un sitio.
Narrador Omnisciente
-¿Qué habéis hecho esta vez, capitán?-. Le preguntó Ban a Meliodas.