doce

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Lauren había mostrado mucho interés sobre Camila durante todo el día, ambas sabían porque era. Hoy sería el día definitivo en el que Camila dejaría su virginidad atrás de  una vez por todas y como Jauregui no quería parecer una insensible o una cabrona que sólo busca sexo para si misma, se encargo de consentirla de todas las maneras que se le ocurrirían.

Le compró una enorme caja de chocolates costosos y de muy buena calidad que con trabajo podía conseguirse en el país. A Camila le encantaron tanto que le compartió a Lauren. Jauregui también se tomó la molestia de comprarle uno de los collares más caros que había en el departamental de joyas más cercano y la cosa no termino ahí, también se la llevó a cenar al nuevo restaurante italiano de la ciudad, en una zona privada para que pudiera aprovechar la oportunidad y besarla cuando le diera la gana sin tener que soportar la mirada de la gente chismosa de por ahi.

Justo ahora, se encontraba conduciendo una de sus tres camionetas, camino a casa, con Camila en asiento de copiloto, a veces después de mover la palanca de cambios la posaba sobre el muslo de la morena. Camila le sonreía cada vez que lo hacía.

- ¿Te va gustando el día?- pregunto la mayor dando vuelta en una esquina

- Mucho aunque, no era necesario que gastaras dinero en el reloj -comentó la menor avergonzada

-No te preocupes por el dinero, ser dueña de varios hoteles internacionales te da mucho dinero al mes, aparte se supone que como tú sugar mommy te debo consentir- sonrió despegando su vista del camino por un segundo para mirar a Camila que mordía sus labios- Nerviosa?

- Algo- sus mejillas se enrojecieron un poco

- No te muerdas los labios te los lastimáras

- Es que me da cosa

- Descuida, tendré mucho cuidado y haré lo posible por que lo pases muy bien

-Eso es muy amable de tu parte

Lauren le guiño el ojo  después de acariciarle un poco la mejilla. Camila de mientras aprovechó para mandar un mensaje que se supone debió de haber enviado hace varias horas pero por los constantes cuidados que Jauregui tenía con ella se le olvidó.

{Camila}: Me podrían hacer el paro? Le dije a mama que me quedaría en casa de Dinah está noche.

{Dinah}: La mentira es pecado, culona.

{Camila}: Por favor, chechee, hazme el paro y te ayudo con ya sabes quién.

{Dinah}: Pero existe la confesión no? Esta bien, ahí le invento algo a tu mamá si me habla.

[...]

-Ya hemos llegado- le informó Lauren, bajando de la camioneta, Camila hizo lo mismo. Mientras caminaban hacia la puerta principal, Jauregui le agarró la mano entrelazando sus dedos y apretando con algo de fuerza.

La casa de Lauren era una de las más bonitas que Camila puedo haber visto en toda su vida. Posiblemente era dos veces más grande que su propia casa, a un costado de encontraba el pequeño estacionamiento techado y enrejado con las tres camionetas perfectamente alineadas, un poco después había una vereda de piedras que dirigían hacia la entrada, la cual era una linda puerta de metal inoxidable con un casi imperceptible picaporte.

Cuando Lauren abrió la puerta, Camil observó asombrada lo espaciosa que era la sala, seguida de por la cocina y un poquito en frente estaba la escalera que daba al segundo piso. La mayor guió a su acompañante hasta estas mientras le contaba sobre los tiempos en que en lugar de vivir en una casa, vivía en el hotel junto a su familia y que la habitación solía compartirla con su padre.

Sugar Mommy [Camren]{Adaptación}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora