Debería entonces, si pienso decir algo, empezar por mirar fijo como suelo hacerlo y planear cada palabra. Quizá y me encuentre en uno de esos días tan mágicos en que suelo hablar con donaire y brotan las chispas. A lo mejor es causa de tanta energía la posibilidad de contenerte cerca, muy en las ideas, como si palpitaras con tu ritmo en mi pellejo, acicalandome las venas y recorriendo el sistema entero. Ya ves que así son los lapsus de tiempo acá cuando dan por surgir las ideas, y todo puede pasar. A veces, hago de ti una detallada combinación de radiografías multicolores, tornasolados presagios de un mundo oculto en vos nena, que cantas y envías canciones porque sabes que las escucho más de doscientas veces, como mereces, como me quieres.
