-¡Ya es hora!- Gritó mi madre y justo había terminado de cerrar mi maleta. Escuché pasos que subían por la escalera y cuando se detuvieron, Dalia, mi madre, apareció en el umbral de la puerta.
-¿Ya estas lista?- Preguntó y yo asentí con la cabeza mientras señalaba mi maleta.- Entonces, baja tu maleta y que Mark la meta al carro, para que ya nos vayamos- Dijo y se fue. Por si no saben, Mark es mi padre, pero dejemos eso a un lado. Me voy a presentar...
Me llamo Violet, tengo 20 años y todavía vivo con mis padres. Mis ojos son azules, soy de tez un poco morena, soy alta y tengo un buen cuerpo, según muchos. Soy alegre, divertida, terca, inquieta y muuuy curiosa.
Tomé la maleta, bajé por la escaleras y me dirigí hacia la salida de la casa, en donde encontré a mi padre ayudando a mi madre a meter todo para la mudanza. Me acerqué a ayudarles y cuando terminamos, solté un suspiro y me quedé viendo la casa en donde crecí todo este tiempo, pero fui interrumpida por mi madre.
-Sé que vas a extrañar estar aquí, al igual que nosotros-Dijo apoyando su mano sobre mi hombro y besó mi frente.-Te amamos y es necesario hacerlo, lo entiendes verdad?- Dijo suavemente acariciando mi mejilla.
-Claro que lo entiendo-Dije poniendo una sonrisa y ella hizo lo mismo.-Vámonos- Dije y las dos nos subimos al coche, cerramos las puertas y mi papá arrancó.
No sé porque, pero tuve un impulso de voltear hacia la casa y cuando lo hice, encontré una persona parada justo al lado de la puerta, parecía que nos estaba observando, intenté ver mejor para saber si no estaba esperando a algún vecino, pero si nos estaba observando a nosotros, volteé otra vez intentando respirar normal.
-¿Está todo bien?- Preguntó mi padre viéndome por el espejo y yo asentí lo más tranquila.-Bien- Dijo y regresó su vista hacia la carretera. Volteé de nuevo para verificar si seguía ahí la persona, pero ya no estaba.
-Me estoy volviendo loca- Dije para mi misma tomándome del pelo y revolviéndolo como una forma de relajación.-Talvez solo sean los nervios por cambiarme de casa. Si, eso debe de ser- Dije nuevamente murmurando y solté un suspiro.
Agarré mi teléfono, que se encontraba en uno de los bolsillos de mi pantalón, también saqué mis audífonos y los conecté al teléfono para escuchar música. Justo cuando la música se iba a reproducir, escuché que alguien me decía algo, como si estuviera muy cerca o a mi lado:
-No estas loca, todo esto es real...
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SHH...ÉL TE ESCUCHA
HorrorEstoy bajando las interminables escaleras del sótano, nunca había bajado porque mis padres me lo prohíben, ya que dicen que hay algo ahí abajo. Sabiendo lo curiosa que soy, decidieron ponerle candado a la puerta y guardar la llave, la cual encontré...