↙7↘

756 48 7
                                    

Al día siguiente, me levanté al mismo tiempo que Hermione.

- Hoy es el partido. - Dijo ilusionada nada más verme levantarme.

- Sí. - Dije un poco desanimada y ella lo notó.

- ¿Es por Draco? - Preguntó. Asentí mirando el suelo y ella se acercó. - Claire, olvídale. Pasa de él. No nos va a hacer nada ¿me oyes? - Hizo una pausa y me puso una mano sobre mi hombro. - Piensa, ¿qué nos podría hacer? - Se me quedó mirando con una sonrisa de lado y yo alcé la cabeza un poco para poder verla.

- ¿Decírselo... a su padre? - Y estallamos en carcajadas.

- "Mi padre se enterara de esto". - Dijo Hermione riendo intentando imitar su voz.

Terminamos de arreglarnos en el baño de las chicas y bajamos al Gran Comedor.
Una vez allí, vimos a Harry desayunando con Ron en la mesa de Gryffindor. Al caminar por el pasillo entre las mesas de Hufflepuff y Gryffindor, eché una mirada rápida a la de Slytherin. Draco estaba sentado junto a Crabbe y Goyle, y hablaba y reía con Pansy Parkinson. "Y yo que creía que esa chica era insoportable" pensé.

Afortunadamente no me vió porque estaba riéndose así que agaché mi mirada y llegué donde estaban Harry y Ron.
Hermione y yo nos sentamos en frente de ellos.

- Buenos días chicos. - Dijo Hermione feliz. - Harry, ¿preparado para el partido?

- Harry ya está acostumbrado a ganar. - Añadió Ron y yo asentí.

- Ahí te tengo que dar la razón Ron. - Le sonreí.

- Gracias chicos. - Nos dijo Harry.

Cuando terminamos de desayunar, los prefectos de cada casa nos acompañaron al estadio de Quidditch. La mayoría íba a su bola. Yo tenía que ir al baño así que se lo dije a Hermione, Ron y Harry, y me dirigí a éste.
Una vez allí me encontré a Lavender Brown.

- Hola Lavender. - La sonreí. Ella solo me miró, ni siquiera me dijo un "hola".
Siempre me trataba de esa manera y no sabía por qué era, así que decidí preguntarle.

- Oye Lavender. - Me miró igual que antes. - ¿Te... te he hecho algo? - Se quedó varios segundos en la misma posición hasta que estalló en risas.

- ¿Tú? ¿Algo? - Se reía. - Pues claro. - Fruncí el ceño.

- ¿Cómo que "Pues claro"? - No la estaba entendiendo para nada. La ví abrir el grifo del agua y mojarse los brazos, a lo que fruncí aún más el ceño.

- ¿Qué no entiendes de esas palabras Griffin? - Era raro que me llamara por mi apellido, al igual que todos los de Slytherin, y la verdad es que no me gustaba.

- Vale, - Ignoré esas palabras. - ¿Me explicas el qué? - Terminó de mojarse los brazos, cerró el grifo y me miró.

- ¿Aún no te has dado cuenta? Creí que eras mas perspicaz.

- ¿De qué hablas?

- Tú y Ron. Siempre estáis juntos. Siempre os estáis riendo. Siempre llamáis la atención de las personas que están a vuestro alrededor. - Cada vez se acercaba más a mí de manera peligrosa y eso me asustaba. - ¿Por qué eres su amiga? - A medida que se acercaba yo retrocedía a la misma velocidad que ella, y esa pregunta me causó gracia lo que hizo que soltara una pequeña risita y ella se enfureciera más. - ¿Te hace gracia?

- No veo a que se debe tanto espectáculo. - Volví a reir. - ¿Qué pregunta es esa Lavender? ¿Por qué somos amigos? - Hice una pausa. Estaba a punto de chocar con la pared. - Porque nos caímos bien. - Ella soltó un gruñido. Me choqué con la pared y tragué saliva. Me quería hacer algo y me daba mucho miedo.

- Ronald... es... ¡Mío! - Cuando dijo eso último se abalanzó sobre mí, pero afortunadamente tuve buenos reflejos y la esquivé.

Abrí la puerta del baño y salí corriendo por todo el pasillo del segundo piso intentando llegar a las escaleras giratorias mientras Lavender me perseguía. ¿Qué demonios la pasaba?

- ¡Socorro! - Grité esperando a que alguien me oyera y ayudara. - ¡Ayuda!

- ¡Vuelve aquí Griffin! - La oí gritar. Miré una sola vez hacia atrás y corría como el viento. Me íba a alcanzar de un momento a otro y su cara daba mucho miedo. Parecía como si estuviese poseída.

Las escaleras giratorias estaban en el sitio correcto para llegar a la planta principal, así que corrí por ellas consiguiendo llegar a la primera planta.

- ¡Ayuda! - Volví a gritar.

Mientras corría, pude ver el Gran Comedor no muy lejos de mí y pensé rápido si entrar o no. Me decidí porque así fuera, pero fue una mala idea.

Cuando fuí a cruzar las puertas que estaban abiertas, me choqué de frente con una persona haciendo que nos cayéramos al suelo. No me dí cuenta de quien era, solo me levanté rápido y corrí entre las mesas.

- ¡Lo siento! - Dije a quien quiera que fuera.

- ¿Pero qué...? - Oí la voz del chico con el que me choqué y la reconocí al instante: Draco Malfoy.

- ¡Claire Griffin! ¡No corras! - Y ahora oí a Lavender. La ví entrar en el Gran Comedor y yo corrí hasta el final de la habitación vacía, ya que todos estaban en el partido.

Dejé de correr porque ya no podía más e intenté recuperar el aliento. Lavender me alcanzó y me cogió por el cuello de la camisa de Gryffindor mientras me apuntaba con su varita.

- ¿Qué demonios estáis haciendo? - Escuché a Draco en la entrada y sus pasos viniendo hacia aquí.

- Dra... Draco... - Dije como pude para que me ayudara.

- ¡Silencio! - Gritó Lavender y yo cerré mis ojos.
Draco se acercó donde nosotras y apartó a Lavender.

- ¿Qué estás haciendo Brown? - La miró con odio.

- ¡Tengo que lanzarla un hechizo! - La miré con miedo.

- ¿Un hechizo? - Draco la miró aún con más odio. - Vete ahora mismo de aquí. Deberías estar en el partido.

- Y tú también. - Replicó.

- Lo que yo haga no te incumbe. - Se acercó peligrosamente a ella y, asustada, salió corriendo medio llorando de allí. Draco se giró para mirarme sin cambiar su expresión y después comenzar a andar rápido entre las mesas para irse él también.

- Gracias. - Me atreví a decirle, pero era como si nunca hubiese dicho nada, pues siguió andando hasta desaparecer tras la puerta.

Yo hice lo mismo y me encaminé hacia el partido. Aún no había empezado.

Te quiero, No te quiero || HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora