Capítulo cuatro.

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¿Por qué me terminé sintiendo realmente frustrada por haber terminado de ese modo la noche?
¿Se sentirá el así?

Está bien, asumo que el chico es increíblemente sexy y guapo. Que tenerlo cerca es muy tentador. Que posiblemente es el más guapo que he conocido. Que tenía una influencia en mi cuerpo que jamás nadie había tenido. Que me hizo perder la cordura sólo con un baile y qué me hizo ver patéticamente desesperada con un par de movimientos.
¿Será motivo suficiente?

Elysandra no me ha dirigido la palabra, la miro y veo lo pensativa que estuvo en todo el trayecto a el apartamento, y ahora que estamos aquí, tampoco a intentado hablarme.
Sé que algo le sucedió.
Sé que aparte de Eliot hay otro motivo por el que huyó de la fiesta y parecía tan mal.
También tengo motivos para haber querido irme. No sé lo diré, no por ahora.
¿Qué pensaría si le digo que me he puesto cachonda sólo con un baile, y encima con alguien que conozco sólo de hoy?
Me vería como una cualquiera! Y no la culpo, también me veo como una.

Me tomo un gran vaso con agua, lo que menos quiero en estos momentos es mañana amanecer resacosa.
Me voy a mi habitación y tranquilamente me desmaquillo.
Me termino de desvestir y me pongo mi pijama para poder ir a la cama decentemente.
Una vez dentro, cierro los ojos y lo único en que puedo pensar y a la única persona que veo, es a él.
¿Pero qué mierda me pasa?
¿Como cojones me hizo esto?
¡Soy un puto desastre!

Lo único que esto me aclara es que sea como sea, haya lo que haya pasado, no puedo volver a verlo, no debo, no puedo ni debo saber nada más de el nunca. Me ha mantenido la mente en blanco, o más bien en sólo él, solo con conocerlo. Como sería si lo viera siempre?
¡Sería una puta tortura! ¡Me volvería loca!
Decidido! Se acabó, esto jamás pasó, jamás lo conocí.
¿Qué tan difícil puede ser?

En fin, pude quedarme dormida pasadas las cuatro am.

A la mañana siguiente, cuando despierto me siento muy bien para haber dormido poco, haberme ido de fiesta y haber terminado la noche frustrada.
Me desperezo, miro mi móvil, tengo 3 mensajes, un correo de Jonaj y 2 llamadas perdidas, una de mamá y otra de un número que no conozco.
Miro la hora, las 12:30.
Vaya!

Me voy directa a la ducha y me tomo mi tiempo en asearme y rasurarme.
Una vez fuera y seca, me pongo mi vestido palo rosa, dejo mi pelo suelto, me pongo mis bailarinas, me maquillo un poco y listo.

Me preparo mi café con crema, sin chocolate ni azucar, me como una magdalena y en el frigorífico me encuentro la nota de Elysandra.

"Buen día querida! No quise despertarte, parecías muy a gusto. Me voy a los ensayos, cualquier cosa llamame!.
Bss. Ely"

Sonrío y la dejo donde estaba.
Reviso los mensajes.
Uno es de Iván, mi hermano.

"Te estoy echando demasiado de menos, eso no puede ser bueno. Mañana mi exposición pasa por L.A, quedamos pequeña?
Bss, el mejor hermano de la historia".

¡Ay como lo extraño!
Iván tiene 24, es 5 años mayor, tenemos una relación estupenda, somos como amigos y que lo hayan aceptado en la academia de arte en Londres fue algo emocionante pero a la vez triste para mí. Es algo con lo que siempre soñó, pero estamos en diferentes continentes, a kilómetros y kilómetros y no nos vemos nunca.
Hace seis meses no lo veo y lo extraño más que a nada.

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⏰ Última actualización: Jan 11, 2017 ⏰

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