♚Reyes y Peones♔ #RP1

♚62♔

Trevor

Gabe deja a Alex sobre la cama de su habitación. Desde que la sacamos de ese apartamento ha permanecido inconsciente.

"Yo te quería..."

Es lo último que ha dicho y sus palabras se han clavado en mi pecho como dagas.

Ya no me quiere y por su mirada sé que ahora solo me odia.

-Está deshidratada -informa Gabe y le pone una mano sobre la frente -y tiene fiebre.

-No podemos llevarla al hospital -Jessie se cruza de brazos.-traed paños mojados.

Gabe sale de la habitación.

-¿No vas a decir nada? -me espeta Jessie cuando nos quedamos solos.

-No sé que decir, no me esperaba esto -señalo a Alex inconsciente en la cama -me odia, Jessie, me odia y piensa que todo ha sido culpa mía -me tiro del pelo -y puede que si lo sea.

-Eh, no digas eso...-coloca una mano sobre mi hombro -no puedes culparte de todo lo que pasa a tu alrededor, esto ha sido culpa de los RP y no dudes que te vengaré.

Antes de que pueda responderla Alex gimotea y ambos nos volvemos hacia ella.

Jessie corre hasta la cama.

-¿Quién eres? -Alex tiene la voz débil -formas parte de los RP...

-Si, pero tranquila no voy a hacerte daños -Jessie mueve la mano y Alex comienza a gritar.

-¡NO! ¡No me toques! ¡Ayuda! -Alex intenta incorporarse pero Jessie se lo impide lo cual empeora la situación.

Corro hacia la cama y le cojo la mano.

-Alex tranquilízate estas a salvo, yo estoy aquí...-intento sonar lo más reconfortante que puedo pero me sé que es inútil.

Alex gira su cabeza lentamente hasta que sus ojos miran friamente los míos y después a nuestras manos unidas.

-No me toques -aparta su mano de la mía.-¿y tú quién eres? -mira de nuevo a Jessie.

-Yo soy Jessie querida, la chica que acaba de salvarte el puto culo así que te sugiero que seas más amable.

Alex hace una mueca de dolor.

-Lo-Lo siento, tengo miedo y no sabía si...-comienza a sollozar y siento unas ganas horribles de abrazarla -me tenían encerrada y encadenada. No veía la luz del sol y lo único que hacía era dormir y tener pesadillas...-hace una nueva mueca de dolor -tengo una herida en el tobillo.

Miro la herida sangrante que mancha de rojo las sabanas.

-Iré a por vendas -anuncia Jessie y se pierde por el pasillo.

Alex se aleja un poco de mí y pierde su mirada en las sabanas.

-Alex escúchame porfavor, lo necesito -poso mi mano en su hombro y ella se encoge ante mi contacto -no sabía que esto iba a pasar.

-Mientes, tú lo sabías todo, Malcom se reunió contigo varias veces advirtiéndote sobre lo que pasaría,y tú...tu no hiciste nada por impedirlo -sus ojos se llenan de lágrimas.

-No quería dejarte

-Pero me expusiste al peligro -evita mi mirada -¿por qué jamás me lo contaste?

-Porque si lo hubiera hecho solo te habrías asustado, te hubieses vuelto paranoica pensando que en todo momento tus pasos estaban siendo vigilados -vuelve a mirarme, las lágrimas corren por sus mejillas y tiene los puños apretados.

-Hubiese preferido la verdad -susurra.

-Los mensajes -recuerdo -te mandaron mensajes y nunca me dijiste nada -achino los ojos -¿dónde está tu ética de decir siempre la verdad?

Su expresión cambia a una de enfado.

-¡Te lo hubiese dicho si hubiera sabido lo que pasaba! -se seca las lágrimas con el dorso de la mano.

-¡Yo hubiese hecho lo mismo! -me levanto de su lado y comienzo a dar vueltas -no tiene sentido discutir ahora...

-Tienes razón, no tiene sentido -interrumpe -no te puedo perdonar esto, jamás lo haré y no dudes que lo pagarás caro.

Cuando abro la boca para protestar Gabe y Jessie entran corriendo y con la cara roja a la habitación.

-La policía -dice Gabe -la policía está aquí.

-Mierda -murmuro y me tiro del pelo -¿qué crees que quieren?

-No lo sé y no me voy a quedar a preguntar -Jessie recoge el saco con las armas y camina hacia la ventana -vamos no hay mucho tiempo.

-Id vosotros, yo me quedaré aquí para entretenerlos -propone Gabe.

-Me quedo contigo -digo apresuradamente.

-Ni hablar, yo sola no puedo con Alex -se queja Jessie y pongo los ojos en blanco.

-Está bien, ten cuidado hermano -echo un último vistazo atrás y corro hacia la ventana.

Alex salta de la cama y hace lo mismo pero al mirar hacia abajo abre los ojos como platos.

-No puedo...-susurra -no puedo saltar.

-Vamos querida es solo un piso -espeta Jessie y salta cayendo ágilmente sobre el césped, con el saco lleno de armas sobre el hombro.

-Déjame saltar primero -adelanto el brazo y saco la mitad de mi cuerpo por la ventana -te cogeré cuando caigas.

Cuando toco el suelo flexiono las rodillas y apoyo las manos.

-Vamos salta -digo mirando hacia arriba a una Alex cada vez más asustada -no pasa nada, por favor salta...

-¡No hay tiempo, joder, salta de una maldita vez o estaremos todos en un buen lío! -grita Jessie y da una patada al suelo cuando termina.

Veo como Alex asiente para sí misma y saca medio cuerpo por la ventana, en menos de un segundo siento su peso sobre mis brazos.

-Ves no ha sido tan difícil -intento sonreir pero Jessie carraspea interrumpiéndome.

-No hay tiempo para vuestras tonterías de enamorados -hace un movimiento de cabeza hacia la parte trasera de la casa -por aquí, hay un atajo.

Dejo a Alex sobre el suelo y los tres comenzamos a correr hasta llegar a un viejo cobertizo que Jessie abre de una patada.

-Si mal no recuerdo...-comienza a mover cajas y se levanta una nube de polvo -¡Aquí!

Mis ojos se clavan en la trampilla de madera que hay en el suelo.

-¿A dónde conduce esto? -pregunta Alex.

-A las afueras de la ciudad, pero en estos momentos es nuestra mejor opción -responde Jessie tirando el saco al interior de la trampilla.

Perros ladrando y voces cada vez más cercanas nos avisan del poco tiempo que tenemos. Esta vez es Alex la que salta primero.

-Vamos -Jessie salta y por último yo.

El túnel está oscuro, apenas veo mi mano cuando la muevo repetidas veces frente a mi cara.

Jessie enciende el móvil y alumbra el camino. Es una porquería, restos de botellas rotas, latas y ratas huyendo de nosotros es todo lo que alcanzo a ver.

-Será mejor que nos pongamos en marcha, está anocheciendo.-anuncia la pelirroja.

Inconscientemente agarro la mano de Alex para reconfortarme, pero ésta la aparta bruscamente de mí.

Sin decir nada comenzamos a caminar hacia la oscuridad del misterioso túnel.