Guilty Pleasure ❀ SooKai

✨ Parte única

🐧🏢🐻

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La primera vez que JongIn vio a KyungSoo, nunca pensó que terminarían enredados de aquella manera.

De hecho, la personalidad un tanto prepotente de aquel hombre de familia rica le había revuelto el estómago incluso si se trataba del hijo del dueño de la compañía para la que comenzó a trabajar antes de graduarse. JongIn se tituló como Licenciado en administración, cosa que pensó que lo llevaría muy alto en la compañía de no ser porque el dueño decidió que su hijo sería ahora quien lideraría el futuro de la empresa.

Cosa que mandó al traste a unos cuantos, incluyéndolo a él. Que ya estaba en planes para apuntar a un puesto más alto y poder al fin salir del maldito hueco que era su diminuta oficina al lado de la presidencial, pero por supuesto que Do KyungSoo, el gran y poderoso Do no había querido, porque necesitaba un asistente personal.

JongIn incluso había estado a punto de renunciar, porque él no había estudiado administración para terminar haciéndole los mandados al maldito presidente de la compañía, por muy guapo que este fuera.

Porque sí, desde la primera vez que lo vio a JongIn se le revolvieron las entrañas y sintió un cosquilleo un poco más abajo, pese a que le cueste aceptarlo, porque el muy cabrón de Do KyungSoo era tan atractivo que no podía pasarlo por alto.

No es que a JongIn le gustara ventilar al mundo sus preferencias sexuales, pero el maldito chaparro era un demonio en persona, usando esos trajes caros y sofisticados seguramente hechos a la medida para resaltar partes de su cuerpo que involuntariamente JongIn tenía que observar sí o sí.

Había estado a punto de renunciar, e incluso se lo había comunicado al infeliz ese, cuya única reacción fue observarlo de pies a cabeza con una ceja arriba, recorriéndole el cuerpo sin mesura, haciéndolo sentir como un maldito adolescente hormonal que claramente no era. Tenía 26 años recién cumplidos, y no debía siquiera inmutarse cuando aquellos grandes ojos le escanearan el trasero como solía hacer su jefe cada que se agachaba o por alguna que otra cosa que lo mandara hacer.

KyungSoo se había hundido de hombros esa tarde, mientras le decía con voz un poco indiferente que era una lástima perder a semejante asistente, pero que si era su deseo abandonarlo, él no podía hacer nada para evitarlo.

ㅡ A menos que...

El bajito negó con lentitud mientras hacía una mueca en su rostro impasible, dejando que sus dedos a la vez golpearan ligeramente sobre la madera fina que seguramente era su escritorio.

JongIn había tragado saliva, estaba nervioso y demasiado curioso por saber si su estúpido y sensual jefe le haría algún tipo de propuesta, la que fuera él estaría dispuesto a tomarla en cuenta, a decir verdad. Y por muy descarado que sonara, porque bueno... Do KyungSoo estaba como quería, pero no; él no mezclaba asuntos personales con los laborales, por supuesto que no.

ㅡ Supongo que tendré que traer a SeHun de recursos humanos, ya JunMyeon me decía que le diera un ascenso.

JunMyeon era, por supuesto, uno de los amigos del bastardo que estaba frente suyo, y JongIn sintió la sangre hervir por el repentino cambio de tema, porque ni siquiera era capaz de ofrecerle una maldita oferta cuando él estaba tan desesperado porque le articulara uno "No, JongIn... no te vayas", pero eso no llegaría.

Y eso lo cabreaba bastante. ¿Traerse a SeHun de asistente? Ni que estuviese loco de remate, ni que él fuese a dejar que eso sucediera, SeHun era algo con JunMyeon, eso tenía entendido, pero también lo conocía y era un cabrón de primera. Seguramente terminaría colándose en los pantalones de ese hombre y JongIn, obviamente no podía darse el lujo de permitirlo.