La noche oscura como el alma de los enemigos. Una desintegración para que se dé la transformación que nos lleve más allá de nuestro horizonte. La bajada al mundo subterráneo conectándonos con lo profundo y oscuro, conduciéndonos al vacío de nuestro ser, hacia una transformación y renovación, o eso parecía. Noches oscuras del alma y descensos a los infiernos ineludibles. La resistencia a la noche oscura es más dolorosa que ella misma, es instalarse en un estado defensivo y estéril. La oposición a la realidad tal como es, nos debilita. Tratar de evitar el sufrimiento inevitable solo genera más dolor. Ahora bien, podemos aliviar la pesadumbre y el dolor sin negarlos ni tratar de huir de ellos.
-Soy un chico muy interesante –dijo Jeremiah soltando una carcajada.
-Eso parece –respondí en un tono burlón.
Nos encontrábamos en un taxi camino a su casa. Gideon se había quedado en el Octagonium esperando a su hermano. La espera se había hecho casi eterna y él había propuesto quedarse en aquel lugar, haciendo que Jeremiah me acompañara a hotel donde nos hospedábamos. El chico y yo tomamos un desvío e íbamos camino a su departamento. Me sentía muy agobiada como para regresar al hotel donde estaban los esposos Greymark, posiblemente llenos de dudas. Quería descansar.
Zachariah había vuelto donde se encontraba su hermano. Estaba acompañado de Louisious.
-Gracias por esperarme –dijo Gideon a su hermano sonriéndole.
Él no devolvió la sonrisa. A Zach se le hizo un nudo en el estómago. Era evidente que pasaba algo.
-Lamento haber tardado tanto en volver –dijo Zach-. Me entretuve un rato.
Gideon no parecía estar escuchándolo. Miraba fijamente a Cattery con ojos de furia e impotencia.
-¿Gideon? –interrumpió Louisious-. ¿Qué tienes?
-¿De qué han conversado Cattery y tú? –preguntó Gideon dirigiéndose a su hermano.
Zach se mordió el labio. Louisious movió veloz los ojos hacia Gideon, instando en silencio a Zach para que se acercara. Con un nervioso gesto de muñeca, éste se paso las manos por el pelo y fue a reunirse con su hermano en la barra.
A tan poca distancia, Zach pudo ver el aspecto tan cansado que mostraba su hermano. Había oscuras medias lunas bajo sus ojos, y los párpados aparecían nacarinos por falta de sueño.
-¿Por qué tan felices? ¿Tiene que ver esto con lo de hace rato? –preguntó Gideon impaciente.
-Si –dijo rápidamente su hermano, y luego vaciló-. Un poco. Debo comentarte algo muy importante.
-Entonces, venga ya –dijo Gideon-. Contadme.
-El señor Louisious me parece una persona muy agradable e interesante...
-No me digas que os hiciste amigo de ese brujo –lo interrumpió Gideon.
-Bueno –dijo el hermano un poco nervioso-. Más que amigos, diría yo.
Su voz sonó tensa como el alambre. Dirigió una rápida mirada a Louisious, que asintió con la cabeza.
-Simplemente díselo, Zachariah –dijo éste.
-¿Podríais no hablar como si yo no estuviera aquí? –inquirió Gideon enojado-. ¿Y qué quieres decir con que me diga? ¿Qué me diga qué?
Zach soltó un suspiro.
-Louisious y yo somos pareja.
-Es un cofre –respondió el chico mostrándolo.
ESTÁS LEYENDO
Secretos de un Demonio
FantasíaEn el Octagonium, el club nocturno de moda de Roma, Charlotte detiene el asesinato de un atractivo chico de pelo negro y extrañas marcas que recorren su cuerpo. Desde esa noche, su destino se une al de ese joven con aspecto de Ángel, pero que ocult...