Capítulo 24

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Capítulo 24

— ¡Despierta!

Algo suave pero firme golpea mi rostro varias veces hasta que consigo abrir los ojos. Rosalie está encima de mí con una almohada en sus manos. Suelto un gruñido y cruzo mis brazos sobre mi cara para seguir durmiendo.

—Es el gran día. ¡Despierta! —se baja de la cama para arrebatarme la cobija.

— ¡Solo cinco minutos más!

—No, arreglarte tomará horas y es mejor empezar desde ahora —su voz se escucha amortiguada—. Además recuerda que Alice se molestará si llegamos tarde.

— ¿Alice dijo eso? —un bostezo interrumpe mi pregunta—. No recuerdo nada de anche.

Unas nauseas intensas hacen que me enderece en la cama, luego el fuerte dolor de cabeza se hace presente para nublar los pocos recuerdos de la noche anterior. No miento cuando digo que no recuerdo nada de la noche anterior.

Alice y Gianna tenían planeada una noche de chicas, nada especial para la despedida de soltera, sin strippers (por fortuna). Todo iba bien hasta que el alma fiestera de Rosalie salió a flote y decidió que unos tragos no nos harían daño. Holly, la asistente y amiga de Alice, secundó su plan y así fue como todas terminamos en un club nocturno. Nada se salió de control gracias a mis constantes intervenciones, pero sí terminamos un poco ebrias.

—La resaca me está matando. ¿Tienes algo para el dolor de cabeza?

—En mi bolso debe haber algo. Por favor, date una ducha rápido que tenemos que salir cuanto antes.

***

Alice

— ¡Te ves hermosa, Ali!

Sonrío ante el entusiasmo de mi madre mientras Gianna se mueve a mí alrededor tratando de acomodar el velo. No quisiera sonar egocéntrica pero tiene razón, desde el principio supe que este vestido sería para mí.

Escucho que alguien toca la puerta y todos nos volvemos para ver a mi padre que se asoma segundos después.

—El auto ya está esperando —su mirada cae en mí—. ¡Santo Dios! Hija, te ves preciosa.

Mis ojos se humedecen cuando unas lágrimas se le escapan a Carlisle, me río para no romperme a llorar. Me sorprendió cuando no lloró el día en que Félix me propuso matrimonio, pero parece que ahora se ha dado cuenta de que su niña ya no lo será más.

—Gracias. Tú también luces increíble.

Me acerco a él y dejo que me estreche entre sus brazos, siento cuando agacha la cabeza para ocultarse en mi cabello.

—Tan solo eres una bebé, Alice. ¿Estás segura de esto? —me mira a los ojos.

Asiento con la cabeza sin confiar en mi voz, tengo un gran nudo en la garganta debido a la emoción. Dejé de vivir con mis padres cuando cumplí los 17 años de edad, por lo que era más sencillo casarme pues no los dejaría de ver.

—Vamos ya —mamá interrumpe el tierno momento—. No más charla o arruinarás tu maquillaje.

—Los veré en la iglesia, yo iré con Edward y llegaremos juntos —dice Gianna.

Después de eso me fui en el auto con mis padres y Gianna se fue por su lado para llegar a su departamento. Cada vez faltaba menos tiempo para unir mi vida a la de Felix de manera permanente.

***

Edward

Deshago el nudo de mi corbata por enésima vez, no importa cuántas veces me digan el procedimiento jamás podré hacerlo yo solo. Gianna siempre me ayuda a acomodarlo, ella se fue y no llegó la noche anterior pues estaba en la despedida de soltera de Alice.

Dejo la corbata a un lado de mí y tomo mi celular, hago una llamada rápida pero una vez más me manda al buzón de voz. He intentado hablar con Bella toda la maldita mañana pero no contesta. Sé que estuvo en la despedida de Alice y me preocupa un poco no recibir noticias de ella.

Me pongo de pie cuando escucho que la puerta principal se abre, el particular taconeo me avisa que es Gianna quien ha llegado.

—Espero que ya estés fuera de la cama, Edward.

Ella llega a la habitación y sonríe cuando se da cuenta que estoy despierto. Ya sé lo que pensaba, para ella es fácil pues es su hermano mayor el que está a punto de casarse pero es mi hermanita con quien va a hacerlo.

— ¿Necesitas ayuda con eso?

Gianna camina hasta la cama y se encarga de atar la corbata en mi cuello, acto seguido se inclina y deja un casto beso en mis labios.

—Deberíamos irnos ya, nos están esperando —toma mi mano y juntos salimos del departamento.

***

Bella

Llevo una mano a mi boca para morder mis uñas, estoy tan nerviosa que al terminar la ceremonia mis uñas quedaré sin esmalte. No he visto a Edward desde que me dijo que ya estaba enterado de que Lilly es su hija, tampoco le he dicho a Jacob sobre este encuentro.

Lo que más me aterra es encontrarme con Esme Cullen, sé que el novio de Alice es hijo de Aro Vulturi. La única cosa que desconozco es si Esme y Aro siguen teniendo una aventura, yo apostaría a que sí; después de todo, el matrimonio de Alice puede ser arreglado para que ambas familias estén más juntas.

—Bella, deja de hacer eso, me estas poniendo algo tenso —Jacob pasa su brazo por mi cintura.

—Lo lamento.

—Solo es una boda. No hay nada de qué preocuparse, ¿cierto?

Muevo la cabeza en una respuesta aprobatoria. Rosalie llega minutos después con Lilly tomada de su mano, necesitaba algo que compañía ya que Emmett no podía venir. La verdad a mí me hace falta que él esté aquí, nadie me entiende como él.

Edward se acaba de dar cuenta que su madre no es quien dice ser, pero no sabe que tiene una aventura con el padre de su novia. La falta de confianza siempre afecta las relaciones pero no sé si decirle la verdad pueda ayudar en algo a la situación que estamos viviendo, seguramente no quiere ni dirigirme la palabra.

Varios invitados van llegando conforme pasa el tiempo, no hay señales de la novia o el novio. Deben estar tomándose su tiempo, espero que a Alice le dé tiempo de recapacitar su decisión. Todos mis encuentros con Edward fueron en vano, no pudimos llegar a un acuerdo para hablar con Alice, más que nada nos dedicamos a intentar reavivar la llama del amor. Misión imposible. Todo fue una completa pérdida de tiempo.

Jacob me suelta y murmura algo sobre ir al coche para sacar algo que olvido, asiento de manera automática pues mi mente está en otra parte.

— ¿Crees que Gianna recuerde lo de anoche? —pregunta Rose.

— ¿Anoche? No creo que nadie recuerde nada de lo que paso después de la tercer ronda de vodka.

— ¿Acaso tu no lo recuerdas? —baja la voz.

—Rose, mi cabeza se siente como...

En ese momento las escenas se agolpan en mi mente, una tras otra como una película en blanco y negro. Pongo una mano en mi frente cuando siento que un nuevo dolor de cabeza amenaza con arruinar mi poca concentración.

— ¿Te refieres a...? —poco a poco me voy dando cuenta de lo que habla.

—No creo que ella haya estado "tan" borracha como decía —levanta una ceja.

— ¿Hiciste eso a propósito?

—Solo quería sacar algo de información por parte de Alice.

— ¿Qué clase de información?

Siento que hay que me estoy perdiendo, o algo que ella no quiere decirme. Mi amiga esta por responder cuando se escuchan exclamaciones fuertes por parte de las demás personas. Me giro para ver el auto negro que se estaciona en la calle.

¡Hora de la acción!

All you never say ||Resubiendo||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora