Al otro lado de la ventana, una luz le cegó: era la puerta a otro mundo, un mundo ideal.
Era un mundo sin pobreza ni desigualdad, sin guerras ni hambre, sin corrupción ni mentiras. Una sociedad culta y auténtica. Un cielo azul, libre de contaminación. Una tierra verde, libre de basura. El mundo por el que todos hemos soñado y peleado.
Era su oportunidad. Corrió a la ventana dominado por la adrenalina, una llama de liberación que le recorrió todo el cuerpo. Saltó y voló unos segundos, antes de adentrarse en él.
Minutos después, la Policía reportaría un suicidio en la calle Espinosa. Uno de tantos en aquel frío mes de octubre.
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Al otro lado de la ventana
RandomAl otro lado de la ventana, una luz le cegó: era la puerta a otro mundo, un mundo ideal.