~|ENTRE FOTOS Y CONSPIRACIONES.|~

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One shot

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La risa era difícil de controlar, cada vez que veía la foto que tenía entre sus manos, no podía resistirse a soltar las carcajadas que amenazaban por salir de su garganta.

Jamás, JAMAS, imagino ver de ese modo a su hermano. NUNCA. Si se lo hubieran contado, no lo creería. Después de todo, Zeref no es de los que acceden a hacer cosas como esa.

Definitivamente este era el día más divertido de toda su vida, no solo había logrado vencer a su amigo en uno de sus tantos duelos, sino que ahora tenía en sus manos el instrumento de chantaje, para usarlo contra Zeref.

Ya no se negaría a sus pedidos.

Una vez recuperado del ataque de risa al que se expuso, emprendió el camino a una velocidad que envidiaría el atleta más laureado de las olimpiadas.

Al llegar a su destino, se detuvo para tomar aire y calmarse, puesto que aún conservaba rezagos del ataque―de risa― que padeció, las lagrimitas finales fueron limpiadas.

Arribó a su casa, donde su esposa estaba haciendo la cena junto a su hija, que la ayudaba con los ingredientes ―jugaba con ellos―, mientras el miembro felino de la familia veía atentamente los peces que nadaban en la pecera, ajenos a los deseos de su cazador.

―¡Papa, llegaste! ― la pequeña rubia corrió a los brazos de su padre.

―Natsu, por qué tan temprano, no te esperaba hasta dentro de una hora. - Lucy se secó con el delantal rosa, acercándose hasta su marido, dándole el beso de bienvenida correspondiente.

―Luce, no creerás lo que tengo.­― su enorme sonrisa de niño travieso, lo delataba.

―Ahora que hiciste. No podemos pagar un daño más, a este paso quebraremos...―la pobre rubia ya maquinaba de donde sacar dinero para pagar los destrozos de su marido...

―Pero que dices, Lucy― la miro ofendido, mientras depositaba a su primogénita en el piso y esta iba a rescatar a los pobres peces de las garras de su "hermano" felino. ― no he hecho nada malo...aun― agrego misterioso.

―Dime, Natsu. Que vas a matarme de curiosidad...―suplico la poseedora de ojos cafés.

―vale, no pongas esa cara; pero promete que no se lo dirás a nadie, esto debo conservarlo para la posteridad, y utilizarlo sabiamente...― adquirió un aire digno ante sus últimas palabras, pero su infantil sonrisa lo traiciono, de nuevo.

Saco de su bolsillo una pequeña hoja, que tenía ciertas arrugas, por las atenciones que le dio Natsu con anterioridad. Los ojos de por si grandes de la rubia, se abrieron aún más―si eso era posible, al parecer si lo era―, no podía creer lo que estaba viendo, el papel resulto siendo una foto, y no una cualquiera, era una especial, muy, muy especial.

―Como obtuviste esto...no me lo puedo creer... ¿es en serio? ¿No está trucada o algo así? ―no salía de su asombro, era demasiado, como para creerlo de buenas a primeras. ―¿Mavis lo sabe?

―¡NO!, claro que no, no se lo voy a mostrar. ― intento quitar la foto de las manos de Lucy, para resguardar las evidencias, pero no logro hacerlo pues su esposa era de rápidos reflejos.

―yo creo que debería de saberlo. De esto podría depender el matrimonio zervis. Debemos de mostrarle. ― decidida fue a cambiarse y emprender el camino hacia la casa de su cuñado y mostrar las evidencias de los actos de Zeref.

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