—Georgia...
—Cuéntame sobre ti —lo interrumpí antes de que siguiera. Escuché que soltó un suspiro como si estuviera conteniendo el aire.
— ¿Qué quieres saber? —medité un momento la pregunta y me giré para responder.
—Sobre tu familia —su boca se torció un poco y me arrepentí de haber dicho eso —creo que no debí, lo siento.
—No, no es eso. Es solo que no suelo decirlo a cualquiera, pero haré una excepción contigo —me guiñó un ojo lo que me hizo sonreírle —Mi madre murió en un accidente de auto hace más de un año. Mi padre iba manejando, regresaban de una fiesta con sus amigos, él no estaba tomado, fue culpa de otro conductor que se pasó un semáforo. El mayor golpe lo recibió mi madre y murió en ese instante, mi padre por otra parte, solo tuvo una cuantas fracturas y se recuperó en poco tiempo. —Sentí un repentino alivio al saber que no había perdido a ambos —El otro conductor también murió en ese instante, no llevaba cinturón y estaba en estado de ebriedad.
— ¿Vives con tu padre? —sabía que decir lo siento no solucionaba nada así que no lo dije. Su vista estaba fija en las luces de la ciudad, lo que me dejaba ver su rostro sin una expresión clara.
—No. Después del accidente no podía quedarme ahí, me era muy difícil, mi padre entendió y me mude de ahí. —Se giró a verme y levantó su mano pasando su pulgar por mi pómulo golpeado —Se ve horrible.
—Ya sanará —levanté los hombros para quitarle importancia. Bajó su mano y la alejó de mi.
— ¿Qué más quieres saber? —dijo finalmente, viéndome directo a los ojos.
— ¿Tienes novia? —no pensé la pregunta, quería que la tierra me tragara. Me dedicó una sonrisa que mostró unas finas líneas al final de sus ojos.
—Sí que eres directa —la cara me ardía de la vergüenza —No, no tengo novia, ¿Y tú?
—No me gustan las mujeres —dije con más confianza en mi voz. Moví el columpio hacia un lado haciendo que chocara con él.
—No seas ridícula, sabes a lo que me refiero —dijo, intentando ponerse serio, pero su sonrisa decía otra cosa.
—No, no tengo, Leonardo. —nos quedamos en un agradable silencio unos minutos y después él habló
—Ahora cuéntame de ti
—Vivó con David, pero la mayor parte del tiempo estoy sola, él siempre está ocupado. Mis padres se cambiaron de ciudad y me dieron la libertad de ir con ellos o quedarme, siempre y cuando estuviera con David.
—Confían mucho en él —no sabía si preguntaba o estaba afirmando.
—Supongo —solté un suspiro pensando en que le diría cuando me viera.
— ¿Dónde aprendiste a golpear así? —sonreí, no espera esa pregunta.
—Mi papá quería un niño. Aunque nunca me lo mencionó lo supe con el tiempo.
—Entonces no tienes hermanos.
—No —pero David es como si lo fuera. No entendía por qué me había hablado así.
—Tampoco tengo —dijo muy despacio.
Me quede en silencio recordando lo que David había dicho de Leonardo, lo que me hizo insistir en que me dijera.
—Leonardo —él asintió con un movimiento de cabeza —David dijo que no acercara a ti, ¿por qué?
—Eres muy terca —suspiró y continúo sin esperar una palabra de mí—. Él, Diego y yo solíamos llevarnos bien antes del accidente. Yo empecé a meterme en malos pasos y ellos me hicieron a un lado. Claro que con Diego es diferente porque somos familia, pero aun asi nos distanciamos mucho. No los culpo, era un egoísta casi piso fondo.
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Una sobredosis de ti
Gizem / GerilimDos desconocidos, sumamente astutos. Un criminal, dispuesto a salirse con la suya. Pero si se quieren hacer que pague, nadie saldrá ileso. Georgia y Leonardo sabrán si están preparados para todas las consecuencias que se avecinan.