—¿Que haces tú aquí? No te lo preguntaré de nuevo Max.
—A ver Dylan, yo solo estoy acompañando a Ellieh en unas cosas. ¿En que puede afectarte eso a ti? —respondió Max bastante confundido, hasta yo lo estaba.
—¿De cuando acá te gusta estar con las chicas prohibidas para ti? —atacó Dylan dejándonos bastante sorprendidos.
Soy yo, o ésto parece una escena de celos.
—¿Chicas prohibidas Rogers? ¿Desde cuando he pasado a esa "categoría?
—Muñeca, después hablaremos eso. Ahora Max, debemos ir a casa.
¿Que demonios ha pasado aquí? Primero, en un baile humillo a Dylan, al otro día lo paso muy bien con su primo y luego ese mismo día, Dylan quiere hacer un escándalo al verme con su primo. Dilema de los Rogers de nunca acabar.
Me adentré en la casa directo a preparar algo de comer, moría de hambre. Puse algo de música y preparé la cena. Al terminar limpié todo y subí a darme una relajante ducha. La mente no paraba de darme vueltas en toda la tarde y principios de noche. Sin darle mas vueltas a todo, me envolví en la toalla y entré a mi habitación. Al darme la vuelta quedé petrificada al ver a Dylan en mi balcón.
—¿Que demonios estás haciendo en mi balcón? —grité.
—Cálmate Ell, no grites. —dijo mientras se apresuraba en entrar a la habitación por la puerta del balcón.
—¿Que me calme? Estas en mi balcón como los ladrones, mirándome mientras estoy envuelta en la toalla ¿Acaso ibas a espiarme mientras me vestía? Creo que prefiero no conocer esa respuesta.
—Quería hablar contigo y por eso subí a tu balcón, aunque no me molestaría en lo absoluto verte sin ella. —dijo mientras se acercaba lentamente.
—Si realmente quieres hablar podías llamar a la puerta como las personas normales. Te pido por favor, que bajes al recibidor en lo que me visto. —dije mientras le abría la puerta de la habitación y el me miraba con esa maldita mirada tan distintiva suya, de esas que quieras o no; logran ponerte nerviosa de alguna manera.
Me vestí rápidamente con un pijama y bajé silenciosamente las escaleras. Dylan estaba en la sala con una de las tantas fotos que mi madre tenía allí. Esperaba que no fuera una foto vergonzosa. Carraspeé la garganta para que supiera que estaba detrás suyo.
—¿De que querías hablar Rogers?
Al voltearse pareciera como que iba a salir con una de sus tantas bromitas pero no fue así. Solo me miraba.
—¿Como es que siempre luces tan sexy en pijamas?
—Vaya, gracias por el halago, pero no creo que hayas venido a hablar de como me veo en pijamas.
—¿Que te traes con mi primo Max? —vaya, que directo.
—Creo que eso no es asunto tuyo. ¿Porque? ¿Acaso estás celoso? —pude ver como sus expresiones cambiaron de un momento a otro.
—Si Ellieh, estoy celoso. Celoso porque se que puede llegar a hacerte feliz y a la vez puede destruirte al instante, porque quizá el pueda tenerte pero yo no podré ser nunca para ti. —cada vez que hablaba se pegaba mas a mi. —Celoso por que me encantas Ellieh Miranda —decía casi en un susurro, rozando mis labios, mirándome a los ojos.
—Dylan, no creo que hayas podido tener sentimientos tan fuertes hacia mi en cuestión de días. Además, no pienses que puedo caer ante ti de la primera.
—No es necesario que digas nada, yo se que he actuado horrible y te demostraré que puedo ser diferente. Incluso si tengo que competir con Max.
—Esto no se trata de competencia porque no soy un simple trofeo por el que puedes pelear cuando quieras. —dije
—Lo se, no quiero que te sientas como "un simple trofeo", porque se que eres mucho mas que eso, se que merece la pena luchar y competir contra lo que sea para poder tenerte. Y ya te dije, se que le gustas mucho a Max y no le dejaré el camino fácil. Toda decisión al final será tuya.
Al terminar de hablar me besó. Esos besos que te hacen sentir todo, una de sus manos estaba en mi cabeza y la otra agarrando mi cintura. Me acostó sobre la escalera y siguió besándome. De repente los pensamientos volvieron a mi, tengo que detenerme antes que ésto llegue a mas.
—Dylan. —solo pude poner una mano en su pecho y mirarlo.
—Lo siento muñeca, me dejé llevar por el momento. Mejor me voy y recuerda que estaré a dos casas por si algo se te antoja. — se despidió y se fue a su casa.
Me tumbé en el sofá pensando en todo lo que había pasado. Dylan siempre me ha gustado, su primo también me ha hecho sentir bien. <<Ellieh por Dios, solo ha sido un día. Aunque también podrías conocerlo mejor>> Ahí venía esa vocesita de la consciencia a hacerte enredar mas de lo que ya estás. Solo me queda calmarme y dejar que las cosas fluyan solas y que pasen como deban pasar.
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Próximamente tendremos mas noticias sobre Max en la vida de Ellieh, pero ¿para bien o para mal?
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Todas Contra el Mujeriego
أدب المراهقينTodas contra el Mujeriego es una historia donde la amistad se pone a prueba, donde la indiferencia es enorme, los amores pueden existir o morir y ocurren cosas esperadamente inesperadas. Atrévete a leer y compartir con los personajes sus divertidas...