Capítulo 17.
“4 pequeñas criaturas”.
Séptimo día que no iba al colegio, no podía, no salía de mi cuarto jamás, la noche entera lloraba, en el día las navajas y los cartoneros eran mis juguetes y esos llegaban directamente a mis brazos, no comía hace siete días, sólo agua, no tenía fuerzas, dormía en el suelo, no me levantaba de aquel rincón de mi cuarto. Las cortinas permanecían cerradas día ynoche, Ariadna tocaba mi puerta con la esperanza de que le abriera, pero se retiraba a los minutos cansada de tocar. La gran caja permanecía intacta arriba de mi cama, tal cual cómo él la había dejado, no tenía las fuerzas necesarias para abrirlas, mi depresión era inaudita, cada vez me hundía más, estaba tan sola… lo extrañaba.
Una nota pasó por debajo de mi puerta, me arrastré hasta ella y la tomé.
“¿Qué había en la caja? –Ari.” Tomé un lápiz y escribí; “Nada, no quiero hablar, ni mucho menos escribir” la deslicé bajo la puerta y volví a mi rincón, apoyé la cabeza en la almohada que había puesto hace días atrás y cubrí mi cuerpo con la manta que James me dio un día que fuimos de picnic, todo era James, todo me recordaba a él.
-
Ocho, mis tripas sonaban, me dolía todo y cada vez tenía menos fuerzas. “Me da asco ver cómo te destruyes” recordé aquella fría voz de Harry, no pude evitar derramar un par de lágrimas, por qué todo iba tan mal. Mi boca estaba seca y mi cara, muy pálida, mis labios tornaron a un color morado oscuro, era más horrible de lo normal. La puerta sonó y no hice caso, volvió a sonar, tampoco me moví.
-Ay, cariño, sí no abres la puerta, la tiro abajo. –Escuché una voz familiar, ¿Tony?-
-¿Anthony? –alcancé a decir, ya ni la voz me salía—
-¡Yo también estoy! –Escuché al estúpido de Sid.-
-Y yo. –Escuché a Cassie.-
-¡¡También yo!! –Michelle la chillona gritó.-
-No quiero que me vean. –lloriqueé, estaba tan sensible últimamente.-
-Oh, amor, ábrenos la puerta. –Dijo Cassie.-
-No quiero.
-¡Muy bien! ¡te lo advertí! –Escuché cómo lanzó una gran patada en la puerta, me senté exaltada.-
-¡NO! –grité, me levanté y miré al espejo.- ¡Ya abro! Aguarden. –Corrí a mi baño, me lavé en menos de 3 minutos todo lo que me tenía que lavar, até mi cabello en un tomate y salí a mi habitación dónde me coloqué un enorme polerón y unos pantalones color negro.- ¿Qué quieren? –abrí la puerta, los tres se lanzaron a abrazarme y yo sólo los reciví, no llores de nuevo __________, no.-
-Siento lo sucedido. –Susurró Cassie, no aguanté y las lágrimas salieron-
-Gracias. –murmuré bajito.-
-Ahora, si quieres, yo puedo ser tu nuevo James. –dijo Anthony.-
-¡Que hijo de puta! –le reclamó Michelle.-
-Eres una perra. –dije medio divertida, sequé mis lágrimas.- Chicos, ya me pueden soltar.
-Oh claro. –dijeron y se separaron de mí.-
-¿Qué es esto? –Preguntó Sid, lo miré y se encontraba abriendo mi gran caja.-
-¡NO LO ABRAS! –Grité y él soltó la caja, asustado.-
-Lo siento.
-No es nada, sólo no quiero abrirla aun… -miré a Sid.- ¿Qué mierda te pasó en el rostro? –Pregunté debido a sus heridas y moretones.-