Bésame, Gango.

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''Me encanta tenerte aquí rebuscándome la piel, hace días te esperé y ya estás conmigo. 

Aún me sorprende encontrar algo tuyo en el salón, me provocas algo más; no sé definirlo''.


Su voz ronca me vuelve loca y él lo sabe. Susurrarme poemas y canciones se había convertido un ritual en los últimos días. Qué hiciera esto solo significaba una cosa... Álvaro quería hacer el amor.

Estabamos tumbados en la cama, él me abrazaba por detrás. Comenzó a acariciarme la cintura y a darme pequeños besos en la nuca. ¿Acaso existe una mujer que pueda resistirse a esto?

Empecé a sentir calor recorriendo mi cuerpo. Era como una pequeña vela que se enciede con solo ver una cerilla, no era necesario el fuego. Precisamente eso era lo que me pasaba a mí. Álvaro era capaz de excitarme con solo una mirada, con solo una sonrisa. 

Me giré y le besé fugazmente. Con un poco de dificultad logré acomodarme encima suya y le quité el pantalón del pijama. No tenía tiempo para los preeliminares. Necesitaba notarle dentro de mí, ya. Álvaro mantenía la compostura y se hacía el interesante. Él notaba mi gran necesidad sexual en ese momento y por una vez estaba dispuesto a cubrir mis súplicas sin juegos ni rodeos. Dirigió su mano hacia mi culotte para acariciar mis labios vaginales desde el exterior.

-Estás muy húmeda.

Le miré perpleja sin saber muy bien que contestar. Gracias a Dios no fue necesario decir nada. Álvaro me bajó las bragas e introdució sus dedos en mi intimidad. Yo me limitaba a gemir y a hacer ligeros movimientos para así aumentar el placer.

-Necesito más. -Le rogué-.

-Ya sabes lo que tienes que hacer. -Sonrió-

Saqué su pene del interior de su ropa interior, se puso un preservativo y me prenetró. Parecíamos una pareja de baile en plena actuación. Nuestros cuerpos se combinaban a la perfección, incluso a veces gemiamos al unísono. 

Tras veinte minutos de sexo llegamos al climax. Tuve el mejor orgasmo de mi vida, o por lo menos el más satisfactorio que puedo recordar. Me tumbé en su pecho y sonreí como una pequeña niña.

-Te amo, princesa.

-Bésame, Gango. 

Bésame, Gango.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora