Mine

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Capitulo siete: Mine

Dos semanas después del salto en paracaídas estaban más cercanas la una de la otra que nunca antes, cómplices en sus miradas y en esos roces inocentes que ya no eran tan inocentes, sonrisas por doquier y varios días a la semana pasando tiempo juntas. Lexa, ya no tenía dudas de todo lo que producía esa hermosa rubia, había identificado con pesar sus sentimientos por Clarke, y decía pesar porque al contrario de ella y su ya conocida orientación sexual, la actriz no había hecho comentario alguno sobre la posibilidad de que se sintiera atraída por una mujer.

Bueno, a Lexa no le importaba si se sentía atraía por una mujer o no, le importaba si se sentía atraída por ella en particular, muy en particular. Había pensado en hablar "del tema" con Clarke, pero tenía miedo, un inmenso miedo a que la actriz no sintiera lo mismo y perder su amistad, su presencia en su vida que tan bien le estaba haciendo.

Porque Clarke estaba acabando con sus malos recuerdos colocando un su lugar uno hermoso, unos con los que Lexa no tenía pesadillas, de hecho ya casi no tenía, ahora sus sueños eran agradables, cálidos, azules como sus ojos.

Estaba recostada en su ya conocido sofá, mirando el techo, pensando que debía hacer algunas refacciones en esa casa que comenzaba a pensar como su hogar, esperando una llamada telefónica, que no, no era de Clarke, ya había dejado esa insana costumbre de esperar a la que la rubia actriz diera el primer paso, ahora cuando quería verla o hablar, le marcaba o escribía, así de simple. O simple para las personas acostumbradas a la vida normal, porque para la Comandante comenzar con esa agradable rutina había sido toda una osadía.

Dos timbres y contesto.

-Hola pequeño-saludó con cariño Lexa-.

-Ni tan pequeño, creo que estoy más alto que tú-respondió Aden-.

-Ver para creer-balbuceo divertida- ¿y lo conseguiste?-añadió ilusionada-.

-Sí, tengo el permiso para viajar y pasar mi cumpleaños contigo-Contestó-.

Lexa sonrió grande, había pasado casi un año desde que no veía a su pequeño hermano, que como el mismo le dijo, de pequeño tenía poco, en unos días más cumpliría veinte años.

-Es genial, tengo muchas ganas de verte-expresó-.

-Yo también a ti hermanita ha pasado un largo tiempo...-.

-¿Qué te gustaría hacer?-preguntó-.

-No lo sé, algo tranquilo, creo que no tenemos los suficientes amigos como para armar una fiesta-bromeó-.

-Hey que yo tengo unos cuantos, estoy mejorando mis habilidades sociales-comentó haciéndose la ofendida- ¿Qué tal una barbacoa?, recuerdo que te gustaba cuando los Miller hacían los domingos-recordó-.

-Sí, me gustan pero ¿desde cuándo tu sabes hacer barbacoas?-interrogó incrédulo-.

-¿Qué tan difícil puede ser?-.

-Si tú lo dices-afirmó medio dudoso- Tengo que cortar ahora, te aviso cuando éste en el aeropuerto- dijo-Ah y papá no irá, dijo que iría a la montaña con el tío, ya comenzó la temporada de caza-agregó resignado-.

Lexa volvió a mirar el techo, su padre nunca se había esforzado por pasar fechas importantes con ellos.

-No importa, lo pasaremos genial, cuídate y te quiero, pequeño-.

-También te quiero-.

Si bien, era recién martes, Lexa decidió que comenzaría con algunos arreglos, gastó su energía en adaptar la habitación de invitados para Aden, esa que aún tenía cajas por doquier de todo lo que no se había dado el tiempo de desempacar, subió y bajó de ático. Y en ese lugar se dio la valentía para abrir esa caja en particular que había pasado noches mirando de reojo, esa que contenía algunos recuerdos de Costia.

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