Twenty Nine

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-¿Qué? No, no lo harás- el omega frunció el ceño. -Tienes que pensar primero, además no quiero que manches tu piel con eso-
-Te pedí que me acompañaras, no que me dieras una charla- el alfa rodó los ojos y empezó a caminar.
-¡Si lo haces, yo también lo haré!- gritó cuando el alfa estuvo un poco alejado de él. Se acercó corriendo en el momento en que su alfa se detuvo.
-No, tu no te harás nada- fue el turno de Frank de fruncir el ceño.
-Tu vas a tatuarte, yo tamb-
-No, ya dije que no, Bonnie- su omega hizo puchero. -Eres muy tierno para tener un tatuaje-

Bonnie terminó cediendo, acompañó a su alfa hasta la tercera planta del lugar encontrando una tienda de tatuajes, Frank dudó unos momentos antes de entrar, buscó algo en su móvil y cuando pareció encontrarlo, entró al lugar seguido de su novio.
Habló con uno de los tatuadores, sin que Bonnie entendiese nada sintiéndose incómodo cuando el tatuador lo señaló, su alfa asintió en ese momento y finalmente señaló la parte en la que quería el tatuaje.
Ya instalado en el lugar que debía, se quitó la sudadera dejando expuestos sus brazos y el encargado de tatuarlo limpió la parte del brazo del alfa junto con una aguja. Bonnie miró horrorizado la aguja en el momento en que hizo contacto con la piel de su alfa, Frank se puso a hablar con el tatuador hasta que este terminó con el tatuaje. Bonnie se levantó pero al parecer Frank no se detendría ahí, el hombre subió hasta la parte superior del brazo de Frank y repitió el proceso de antes.

-¿Qué haces? Se suponía que era sólo uno- habló Bonnie, notablemente molesto.
-Bueno, cambio de planes, son dos- le respondió el alfa restándole importancia.
-Pero Frank... Tus padres-
-Tengo veinte años, Bonnie- el alfa hizo una mueca cuando sintió la aguja en su brazo.
-Quiero ver que te tatuaste ahí- el menor señaló la muñeca de su novio.
-Aún no, conejito- el alfa sonrió.

Cuando finamente salieron de ahí, después de minutos que para Bonnie parecieron años, volvieron a juntarse con el grupo. Bonnie intentaba mirar el tatuaje de la muñeca de su alfa, hasta que se aburrió de rogarle y le tomó la mano obligándolo a mostrar lo que se había hecho.

-¿Que significa?- el omega miró las extrañas letras que cubrían la muñeca de su alfa.
-Digamos que combiné dos cosas que me gustan- Bonnie lo miró con una ceja alzada. -Está relacionado con el símbolo que me tatué más arriba, es la escritura del juego- el omega seguía sin entender y por más que trataba, más se confundía.
-Un momento que soy lento, ¡Me acabo de dar cuenta de que es el símbolo de la trifuerza!- el alfa asintió y Bonnie comenzó a observar el tatuaje nombrado, olvidando el anterior. -Las tres regiones, la espada, el corazón, el hada... ¿Por qué te lo tatuaste?-
-Siendo sincero, es un juego que ha marcado gran parte de mi vida por eso quise esto- el pelirrojo sonrió inconscientemente. -Y esto- Frank señaló el otro tatuaje. -Es tu nombre en hylian... E-Es como una forma de demostrarte lo importante que... Que eres para mi...- el Frank tímido y con problemas para expresar sus sentimientos había vuelto, haciendo que a Bonnie le diese ternura. -Ya sé que no podemos estar separados mucho tiempo, pero cada vez que te extrañ-

Bonnie se abalanzó sobre su alfa, besó sus labios y toda su cara, haciendo que ambos rían. Bonnie no encontraba las palabras para describir lo que sentía, pero estaba seguro de que su alfa podía sentirlo. La pareja volvió sola a casa, completamente felices, tanto que iban demostrándose su amor a base de muchos besos, abrazos y palabras lindas. Excepto por unos cuantos regaños por parte de Bonnie ya que Frank iba sin su sudadera puesta y estaba casi nevando, aunque la única excusa válida de Frank era que le dolían los tatuajes y que no podía ponerles nada encima.

-¡Frank Frost!- el nombrado escuchó la voz de su madre mucho antes de llegar a su casa. El alfa tragó áspero al recordar lo monstruosa es su madre enojada.
-Te lo dije- Bonnie se cruzó de brazos.
-Si, me lo dijiste y ahora voy a morir-
-¿¡Cómo se te ocurre hacerte un tatuaje sin mi permiso!?- volvió a gritar la señora Frost cuando su hijo y su yerno entraron a la casa.
-Pero mamá...-
-"Pero mamá" nada- la señora tiró la oreja de su hijo haciendo que este reprima un grito de dolor.

Imprudent 「ABO!Fonnie」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora