Capitulo 22.

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Subimos las escaleras y ningún momento aquel hombre me había soltado, su agarre se mantenía seguro en mi mano, me hacia sentir un leve cosquilleo y como cierta familiaridad al tacto. ¿Familiaridad? Apenas lo conocía, juraría que es primera vez que lo veía aunque su rostro no estaba al descubierto, pero si lo conociera ya él me hubiera dicho ¿o no? Apenas me había tomado dos vasos de vodka, y ya empezaba a maquinar cosas realmente absurdas.

Llegamos a la parte de arriba, y se detuvo en una especie de balcón que daba vista a lo que hacían las personas abajo,. Bailaban, tomaban o simplemente platicaban a gusto, nada del otro mundo. Dirigí mi vista hacia el frente y allí se encontraba él, nuevamente quemándome con la mirada, por que era lo que hacia, su mirada recorría mi cuerpo y yo sentía que mi piel se quemaba.

Silencio, silencio fue lo único que hubo entre los dos ese momento, su mirada seguía intacta en mi, esos ojos verdes que deslumbraban a cualquiera me dejaban completamente hipnotizada, ese brillo y oscuridad a la vez, eso veía en sus ojos, era una mezcla realmente confusa, dicen que los ojos son el reflejo del alma, y temía que tuviera un alma oscura, pero también brillaban, sus ojos también brillaban. Ya empezaba a sentirme incómoda, tenia que romper este silencio, tenia que romper ese contacto que me estaba matando.

—Y...—Aclare mi garganta. —¿Como te llamas? —Pregunte para romper el silencio, debía hacerlo, no podía permitir que siguiera quemandome con su mirada.

—¿Es primera vez que vienes a una fiesta de estas? —Me había respondido con otra pregunta, Joder que odio que me respondan una pregunta con otra. Asenti y río, ¿río? ¿Se estaba riendo de mi?

—Bien, tienes que saber muchas cosas entonces. —Dijo esta vez guiñandome un ojo.

—¿Como cuales? —contraataque.

—Regla número 1: Nadie sabe el nombre de nadie en esta fiesta, la identidad de las personas debe permanecer oculta, fuera de la fiesta si alguna persona lo considera necesario puede presentarse tal y como es, dentro de la fiesta no.

—¿Por que? —Pregunte curiosa. La curiosidad mató al gato, pero no soy un jodido gato, así que a la mierda todo.

—¿Sabéis que nombre tiene esta fiesta no? —Asenti invitándolo a que continuara. —Descubreme, se trata de un juego, es por ello que hay algunas reglas.

—¿Que clase de juegos? —¿En serio? ¿Y si después me arrepentía de escucharlo? Maldita curiosidad. La curiosidad nunca lleva a nada bueno, no quería enterarme de algo que no me esperaba, aunque últimamente mis días se basaban en eso, enterarme de cosas que no me espero, o simplemente que pasen... Que pasen cosas que no me espero.

—¡Vaya! eres curiosa ¿no? —Asenti, y otra vez me sentía estúpida, tenía que dejar de asentir tan seguidamente. —Bien. —Continuo. —Tengo que hacerte un recorrido por toda la Mansión para que entiendas muchas cosas. ¿Estas de acuerdo?

¿Estaba de acuerdo? Claro que debía estarlo, la maldita curiosidad me estaba matando, y esa no sera la jodida causa de mi muerte, la causa de mi muerte debe ser especial, como yo. Jodido ego.

—Bien ¿Vamos? —Pregunte.

Me regalo una sonrisa que me dejo hecha gelatina, tenia una sonrisa muy perfecta, ¡Que mono! Asintió y respondió :

—Vamos.

¿Pero..?

Espera. —Lo detuve antes de que empezará a caminar y darme el recorrido por la mansión. —¿De verdad no me diréis tu nombre?

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2016 ⏰

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