Prólogo
Creo que papá es un hombre común y corriente. Y creo que yo soy rara.
Hoy en clases, a mis compañeros les preguntaron a quién elegirían como héroe favorito en el planeta. La mayoría de ellos, bueno...todos respondía “¡Mi padre!”.
Hasta que llegó mi turno.
— Alaska, ¿cuál es tu héroe favorito en el mundo?
Dudé durante mucho tiempo. Quizá durante un tiempo excesivo.
Si papá fuera mi héroe, tal vez no pasaría tiempo en casa gritándole a mamá, estaría salvando al mundo. Si papá fuera mi héroe, debería ser bueno con los demás y ayudar a mi abuela. Si papá fuera mi héroe, le ayudaría a la gente y no haría una cara de desagrado cuándo vé a personas pidiendo limosnas. Si papá fuera mi héroe, no discutiría con mi hermano.
Si papá fuera mi héroe, yo lo sabría.
— Hmm... — mi dedo índice tocó mi mentón y me decidí a responder después de un largo silencio — mi héroe es mi mamá.
Dí una buena respuesta, estoy segura.
Mamá es mi héroe, ella siempre ayuda a mi abuela, le da limosnas a la gente que la pide y no le grita a nadie. También es buena, siempre le sonríe a todos. Tampoco discute con mi hermano. Y yo sé que ella es mi héroe.
— Sí, mi héroe es mamá. — dije apoyando mi espalda contra el pizarrón y jugando con mis manos — Ella es una muy buena madre, nos quiere mucho.
La maestra me miró extrañada.
¿Acaso dije algo mal?
— ¿Y tú padre? — la mujer habló.
— No, papá no es mi héroe.
Yo ya lo sabría.
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Hola, ¿qué tal?
Le doy comienzo a esta nueva mini-novela. Espero que les guste.
Lo escribí desde el fondo de mi corazón, y eso no quiere decir que mi padre no tenga un lugar en él. Todos deberíamos amar a nuestros padres.
Solamente trato de relatar una historia que es partícipe de la realidad de mucha gente, basándome en una experiencia vivida con un final lindo.
Sin mucho más que decir, que desearles un grandioso día, una grandiosa tarde, y una grandiosa noche...Me despido.
Versátil