Pero, ella no era así, ¿Qué estaba pasando con ella? Su mente no era la misma y aunque deseaba poder salir de ese juego, poder girar, regresar a su zona de confort, no podía, había algo que la estaba dejando estancarse.
Había dejado de enamorarse dese hace mucho, inclusive tener ilusión con alguno, no porque tuviera el corazón roto, simplemente se había retirado del juego. Pero esta vez, era jugadora de nuevo, comenzaba a crecer su necesidad de saber de él, de hablar con él, de verlo, de tocarlo, de estar a su lado, y eso era una señal de alerta para ella, debía de retirarse del juego, era momento de irse a casa y seguir segura, sin embargo, estaba tirando sus mejores cartas, jugando un todo o nada; inevitablemente, se estaba enamorando.