Capítulo 30 •OT4•

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Joy
- SooYoung-ah, tienes que ir a maquillaje. -me dijo mi mánager unnie.

Caminé, todavía somnolienta, hacia donde se encontraba SeulGi unnie esperando que llegara su turno.
Cuando llegué me dio un lindo eyesmile de bienvenida.

- ¡Soo-ah! -me dio su celular como para que buscara algo- Yerim quiere hablar contigo.

Mi corazón volvió a latir tan rápido como la primera vez que la vi.
Tomé con la mano temblorosa el celular y en la pantalla, la cara de Yerim ya estaba ahí, era un FaceCam.

- ¡Ddonggie! -gritó, supongo que emocionada, ya que su sonrisa todavía no se borraba.

- Yerim-ah... ¿C-Cómo estás?

- Mucho mejor, los brazos me duelen un poco y el gran moretón que tenía en la mejilla poco a poco está sanando.

- Eso es bastante bueno, Yerim.

- Lo sé. -si sigue sonriendo así, juro que voy hasta el hospital y le planto un beso- Veré su presentación hoy, traten de hacerlo bien sin mi. -ahí vas de egocéntrica, Kim.

- Lo haremos. -sonreí, tratando de darle una de las mejores para ella.

- ¿Te puedo preguntar algo?

- Claro.

- ¿Por qué eres tan bonita?

**

- ¿Por qué eres tan bonita? -una simple pregunta hizo que su corazón golpeara como loco su pecho y que sus mejillas se volvieran rojas.

- P-Porque... -su nerviosismo no la dejaba hablar, eran emociones encontradas y ella sólo quería intentar formular una oración coherente.

- ¡Aigoo! ¡Estás nerviosa! -una sonrisa nunca antes vista de Yerim hizo que el corazón de la mayor se derritiera.

Los ojos de Kim se volvieron dos pequeñas líneas curvas y sus blancos dientes se hicieron presentes. Joy ya no podía con tanta emoción. Si no fuera porque tenía una presentación, en ese mismo momento tomaba un taxi e iba y la veía. Sin embargo, no podía dejar a Irene, Wendy y SeulGi solas. Eran un equipo.

- ¿Soo unnie?

- Sí, sí, aquí estoy.

- No has respondido. -la cara de SooYoung era un delirio. Yerim se burlaba internamente.

- Y-Yo...

- Hora de colgar, SooYoung-ah. -le dijo uno de sus mánager.

- Lo siento. Te quiero, Yerim-ah.

- Yo tamb... Colgó. -ni siquiera le había dado el tiempo suficiente para contestarle correctamente- Yo también, SooYoung.

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- Perfecto, chicas. -les felicitaron en el backstage- Su agenda acabó por hoy, ¿qué quieren hacer?

- Visitar a Yerim. -respondieron en unísono, hasta parecía que se habían puesto de acuerdo para contestar lo mismo.

- Bien. Duerman unos minutos, el hospital queda un poco lejos.

Las mayores recargaron sus cabezas en las ventanillas, intentando recuperar fuerzas.
La maknae de la OT4 hizo caso omiso, estaba más que emocionada por ver a su novia después de tanto tiempo.

- SooYoung-ah, duerme un poco.

- No, no puedo.

- Entonces te quedarás dormida cuando lleguemos y no podrás convivir con Yerim. -le regañó SeungWan.

- Es que no puedo. -respondió un tanto arrepentida- Quiero verla.

- Nosotras también, Soo. Pero entiendo que tú estés más emocionada. Mira, SeulGi ya comenzó a roncar. -señaló sonriendo, SooYoung hizo lo mismo.

- Intentaré lo que pueda.

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Joy trotaba casi corría por el iluminado pasillo del hospital.
Había llegado hace unos minutos a éste y fue la primera en salir disparada de la van.

De repente, comenzó a ver doctores corriendo en su misma dirección, solo que más rápido, rebasándola.

Su extrañeza fue mayor cuando vio a los padres y las tres hermanitas de Yerim.

- ¿Señores Kim? ¿Qué hacen aquí?

- Mi b-bebé... -respondió entrecortado la madre de Kim.

- ¿S-Su bebé? ¡Yemin! -gritó, viendo a la mayor de las pequeñas hermanas de Yerim.

- ¡Hola, SooYoung unnie! -respondió alegremente, distrayéndose de el juego con sus otras dos hermanas- ¡SooYeon! ¡JaeRim! ¡No sean tramposas y dejen que platique con SooYoung unnie! -gritó, regañando a las otras dos niñas de 4 años.

Soo vio el como ellas estaban absortas de los problemas que pasaban en el mundo de los adultos, haciendo que una adorable sonrisa ladina se posara en sus labios y acariciara tiernamente las mejillas de cada una. - Yemin-ah, ¿qué pasó con Yerim?

La niña, sin ningún rastro de tristeza, respondió: - Mamá me ha dicho que subió una gran escalera blanca hacia el cielo. Ese, el azul que siempre vemos arriba, de donde cae el agua, la nieve y donde están el sol y las estrellas. Dijo también que se fue a viajar a todos los planetas. ¿Por qué?

Su corazón se oprimió. Sintió el como el aire que respiraba se hacía insuficiente y como lágrimas comenzaban a cristalizar sus ojos. Todo se volvió borroso y sentía como sus piernas flaqueaban.

Un pellizco la hizo despertar.

- ¡¿Qué?! ¡¿Dónde estoy?! ¡¿Dónde está Yerim?!

SeulGi la miró burlona y respondió todas sus dudas: - Uno, estabas llorando. Dos, en la camioneta, fuera del hospital. Tres, en su habitación, todavía no entramos.

Wendy, quien la miraba preocupada, decidió calmarla un poco. - Cualquier cosa que hayas soñado, fue solo eso, un sueño. Anda, vamos a ver a la enana.

- Claro, un sueño.

Enamorada de mi Unnie ;joyriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora