Capitulo 4.

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Había entrado en cada una de las clases que me tocaban tarde, solo por andar husmeando en las afueras de la sala de maestros, para ver si la jovencita se encontraba en ella. Recorrí cada rincón en ese inmenso colegio olvidándome por completo de las personas que me rodeaban. Este capítulo lo Titulare como—: ''Todavía no la conozco, pero la odio'' todas las reglas fuera de mi horario y dentro del estaban rotas, me estaba comenzando a dar por vencido antes de irme a casa ya que aquella chica no vino el día de hoy. Sin embargo, su pequeña figura afuera del colegio llamo mi atención como si fuera lo que había querido encontrar desde hace mucho. Se encontraba hablando con Ximena. La castaña andaba ruborizada en frente de la pequeña que portaba una peluca de color negro moviendo sus manos entre sí. La chica sonrió de medio lado y le entrego un pequeño papel a Beezus Greer Lowell seguido de un abrazo que la pequeña no le correspondió; vi a la castaña correr hacia su elegante auto volviendo la vista a la chica que me observaba a lo lejos con el pequeño papel entre manos. Camine hasta quedar frente de ella y suspire con fuerza para luego decir:

— Nunca llegaste—la indignación picaba en mi tono de voz. Pero el corazón me bailaba a gran velocidad.

—Fui específica. 12 en punto ni más ni menos.

— ¡Llegue a la hora correcta! —farfulle en su contra.

— ¡Wow! Eres tan mentiroso—sonrió de medio lado alejándose de mí.

— ¡¿Me dejaras hablando solo?!—rechiste viendo como se alejaba.

—No hace falta decir que me sigas. No creo que seas tan estúpido como para quedarte allí parado—se volteo y me vio directo a los ojos—, seré clara en esto niño. No cometas ninguna falta conmigo, no te ponches, estás en la zona de strikes son 5 y llevas uno, si te digo que a las 12 en punto estas en la sala de maestros es a esa hora, no a las 11:35 esperándome. No creo que seas tan inhábil como para no intuir lo que arguyo.

Por alguna extraña razón las palabras que dijo me patearon directamente en las bolas. Desde que llegue a casa y mi madre me sirvió lo que había cocinado en el plato no había probado ni un solo bocado. Solo me mantenía allí sentado pensando en las palabras que salieron de la pequeña boca de la joven. La mujer hizo un sonido con la garganta llamando mi atención y la de mis hermanos mayores.

— ¡Conseguí el trabajo!—dijo con ánimos. Siendo aplaudida por todos en la mesa. Sonreí de medio lado y la mire con ternura sentada ante mí.

— ¡Eso es increíble mamá!—la abrazo Ed—. Le dije a Charlie que lo conseguirías pero nunca confió en mí.

— ¡Oye!—rechisto el chico en su contra—. Yo nunca desconfié en ti...solo en ella para conseguir el trabajo que es diferente.

Solte una leve risa y mire a los jóvenes mirarse con notoria gracia.

— ¡Hey!—farfullo mi madre riendo con ellos—. ¿Qué acaso desconfían de su madre?

—Mamá como crees eso si tan solo casi quemas la casa. Diste a luz a Ed a los 16, casi atropellas a nuestro padrastro. Se te olvido recoger a Harry el día de hoy, lavaste al gato y descoloraste toda la ropa blanca en color rojo. ¿Cómo desconfiar en ti? Si eres una de las mujeres mas extraordinarias en el mundo—sonrió con ironía Charlie rodando los ojos al cielo.

La mujer lo vio en silencio y se cruzo de brazos bebiendo de su copa de vino.

— ¿Sabes algo hijo?—pregunto—. Eres adoptado—se paró de su asiento dejando al rubio con la boca abierta—. No te lo dije, pero es tan obvio, solo mírate, no te pareces a Ed y mucho menos a Harry—dijo con gracia—, pero acepte criarte de todos modos como mío.

¡Hey Poppy! Fucked, fucked Poppy |H•S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora