El despertador suena. La misma rutina de siempre, abriré los ojos y lo primero que veré serán pequeñas estrellas pegadas en el techo de mi recamara, luego simple y sencillamente apagare la alarma.
- Otra repetición del día anterior, del anterior, del anterior, etcétera, etcétera... - digo en voz baja y me levanto de la cama.
Escucho una conversación a pocos metros de mi recamara; parece que son mis padres, hablando otra vez del porque soy así, una chica de 15 años que no sabe hacer amigos, que sus notas en la preparatoria son normales, a veces excelentes, a veces detestables; que viste de una manera inusual, que siempre se la pasa encerrada en su cuarto y sale únicamente para comer, para bañarse o sencillamente para ir a la preparatoria. Aunque ellos traten de disimularlo, se que soy una decepción para ellos; de pequeña, era una niña alegre, con muchos amigos..."sociable"...para abreviar. Se acostumbraron a verme feliz. Cuando cumplí los 9 años, empece a ver la cruda realidad del mundo, de esta vida que llevaba día a día, que solo a llevaba por llevarla.
Todo cambio mucho mas cuando cumplí 12 años, ese día fue mi primer intento de suicidio. Mis padres me empezaron a ver con mucho mas desprecio. Recuerdo que me tome un pomo entero de pastillas para dormir, después de eso, lo primero que vi fue la lampara de la sala de un quirofano, lo primero oí, fueron las quejas de mi madre del porque había hecho eso, lo primero que sentí fue un aguja en una de mis venas de la mano derecha y el frío de aquel cuarto en el que estaba. Desde ese día mis padres me ignoran. Aunque escucho sus conversaciones sobre que "que diablos aremos con ella", "y si la mandamos a un internado", "mejor vamos a un centro de rehabilitación".
En si, hoy están en una de esas platicas. Me puse mi uniforme, tome mi mochila y salí de mi recamara. Cuando salí, ellos me miraron y solo escuche un susurro de mi padre:
-Detestable - susurro
- Gracias padre por tu apoyo - voltee y lo mire con decepción
Después de eso, me encerré en el baño y llore un poco. Luego salí y baje para irme, los mire en la sala, me pare enfrente de ellos:
- Ya me voy a la preparatoria - Los mire con ganas de que dijeran al menos "adiós", pero ni siquiera voltearon a verme.
Abrí la puerta y salí encamino a la preparatoria, en donde todos me miran como un bicho desagradable y detestable. A veces quisiera salirme de estudiar y dejarme morir por la tristeza, pero simplemente no puedo. Llegue a la prepa y todos me miraban, no las miradas de "WOO" sino de "y ella que hace aquí".
Empece a caminar por ese largo corredor hasta mi salón, no volteaba a ver al rededor mio puesto que sabia con lo que me iba a encontrar, con miradas, con miradas que te hacían desear no haber existido jamas. Pero que mas da, pensé. Seguí caminando hasta toparme con la puerta de mi salón. Al llegar a ella me detuve con un instante, saque mis audífonos y puse en aleatorio mi lista de canciones, esos gritos roncos del vocalista calmaba un poco mi ser, entre a ese salón de clases como un espectro que solo unas cuantas personas podían percibir; empece a caminar hasta mi asiento. Mi mirada siempre estaba abajo, nunca arriba, así que no sabia quien aventaba esas bolitas de papel que sentir golpear mi espalda; llegue a mi asiento con mas de cuatro papeles pegados en la espalda, intente quitármelos, pero estaban asegurados con mucha cinta.
- Vaya suerte la mía - salio de infiltrada una lagrima de mi ojo derecho - deja de llorar, no seas cobarde.
La limpie y seguí buscando mi celular en mi mochila. De repente sentí como daban pequeños jalones a mi suéter, evite voltear pues sabia que no me convenía e ignore los jalones. La canción acabo que escuchaba termino con un afónico adiós y entre el silencio de una canción a otra pude persivir un ligero sonido de hojas siendo aplastadas, solo me agache, sabia que esa bola de papel era para mi, pero entre ese pensamiento un suave olor llamo mi atención: "naranja",; alguien estaba comiendo naranjas, ese suave olor con una ácido sabor era una perfecta combinación, fue entonces cuando levante la vista y ese olor se puso en movimiento. Es él. a mi lado paso un compañero con una bola de papel en sus manos, mi mirada quedo perpleja cuando vi que le empezaron a lanzar todo que hubiese al alcance, ¡¿Era alguien como yo?! ¿desde cuando lo hacían? ¿porque nunca lo vi? Mis ojos no se despegaron de él. Su manera de caminar con la cabeza en alto y mirar en linea recta me llamaron la atención, ¿acaso era posible hacer eso?; cuando iba pasando por mi lado mi boca hablo por si sola - naranja - dije y el se detuvo enfrente de mi. Por unos cuantos segundos nos miramos y una calidez antes no sentida se acumulaba en mis mejillas.
-Buenos días clase, señor Valles tome asiento - dijo el profesor al entrar al aula, y él fue a a su lugar despidiéndose con una sonrisa
Pause la música y empece a escribir esas difíciles ecuaciones que tanto me costaba aprender, entonces sentí una pequeña calidez en mi hombre y un ligero susurro en mi oído
- Todo esta bien ahora, ya he quitado los papeles de tu espalda - dijo retirando un mano se mi hombro y alenjadose lentamente de mi ser, pero mi ser deseaba que esa calidez perdurara un poco mas
Voltee hacia el y mencione unas palabras que no acostumbraba usar - gracias - dije volteando hacia otro lado mientras esa calidez de mis mejillas se volvía mas fuerte, pero en un instante que voltee a ver su reacción, su mano que estaba cubierta por completo de su suéter tapaba casi toda su cara, pero me equivocaba, no tapaba su cara sino el intenso color rojo que estaba plasmado en todo su rostro mientras que de su boca salia un susurro "de nada".
Fue ese el entonces donde yo, Alice, conocí a Nataniel, ese fue el inicio de nuestra historia.
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Un giro a la historia
Teen Fiction¿Alguna vez has sentido que toda tu vida es una repetición del día anterior del anterior? Así es mi vida todos los días de mi existencia, nada nuevo, nada feliz, nada que sirva seguir respirando... Una historia que quizás te identifiques, quizás no...