Pesadilla

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Condúceme hacia la oscuridad y si te encuentras ahí, de esta pesadilla no tendré que huir.

He buscado miles de definiciones que me revelen lo que en realidad eres, pero ninguna me ha guiado a dónde sea que te encuentres.

Si tengo que estar entre las llamas, no me importa, si tú estás allí, que arda mi alma.

Levanta mi frío cuerpo hasta la lluvia y mójame con tu malicia, rodéame con tus brazos y llévame lejos, mi vida.

Estoy en los pasillos fríos de algún hospital, sé que me observas, porque no logro respirar.

Escucho tus pasos al andar, uno, dos, tres, en mi cuarto una vela soplaré.

Eres la pesadilla más extraña que he tenido en toda mi vida y aunque las personas me llamen, yo no quiero una salida.

No me dejes despertar, no me dejes escapar, estoy dispuesta a lo que sea, yo contigo quiero estar.

En una lápida está escrito tu nombre, pero no soy lo suficientemente buena para ver lo que en ella escondes.

Susurras a mi oído cosas que no puedo entender, pero no tengo miedo, de ti no me voy a esconder.

El cuadro de la sala está volteado, manchado de sangre y algo rasgado, sábanas blancas cubren una figura flácida y alta, sé que eres tú, ya me hacías falta.

El piano se está tocado sólo, las teclas se presionan y el sonido es espantoso, pero aun así, me estremezco y me emociono.

Ellos quieren deshacerse de tu hechizo, no permitas que lo hagan, entierrales tus colmillos y desgarralos con su filo.

La luz al final del pasillo está perdiendo su brillo y mi alma ha encontrado su rumbo, no te preocupes cariño, que a tus sombras me acostumbro.

Dancemos con el llanto de algún niño desolado y bésame en los labios cuando el reloj marque las doce, en algún cementerio abandonado.

Millones de espejos giran a mi alrededor, y aunque a ti no te vea, me puedo ver cubierta por tu oscura magnitud.

Si mi corazón deja de latir y de la realidad me tengo que despedir, no te detengas cariño, es aquí donde quiero morir.

Las cosas a mi alrededor se mueven sin compasión, con el grito de una niña he perdido la noción, por favor no te alejes de mí, no te he mostrado temor.

Los velones se han roto, estás cerca, pero no consigo ver tu rostro, siempre vistes de negro mostrándote tan misterioso.

Todo se está tornando borroso, escucho con claridad sus gritos y sollozos, es hora de irme cariño, espero volver a verte pronto.

Lo que escribo cuando estoy rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora