Samanta tenía 20 años, estaba en tercer año estudiando sicología en su país natal Chile, pero gracias a una beca de inglés lograría al fin su sueño, irse de intercambio a Australia para poder estudiar inglés.
Era baja como el promedio de las chilenas 1,60 m, su cabello era largo casi hasta su cintura de color castaño, liso pero sus puntas terminaban en ondas. Solía vestirse de forma cómoda, generalmente jeans, zapatillas (Vans o Converse) y alguna blusa que le acomodara. No resaltaba mayormente aunque poseía una personalidad que entre sus cercanos no pasaba desapercibida, podía decirse que era tímida con los desconocidos cuando no se sentía cómoda, pero cuando se sentía a gusto era dueña de una personalidad y carisma que hacía a todos querer tenerla cerca. Le gustaba salir de fiesta con sus amigos y beber lo suficiente para pasarlo bien, de vez en cuando se fumaba un cigarro pero muy poco, ella sólo disfrutaba de su juventud.
En Chile dejaría buenos amigos y a su familia con la cual tenía una relación muy cercana a pesar de que su universidad quedaba aproximadamente a 7 horas de su hogar, aún así viajaba seguido, por lo que ganarse la beca, si bien era su sueño, sería muy difícil dejar todo en Chile.
Lo que ella no sabía era que su viaje a Australia cambiaría su vida por completo.