La muerte de un ser querido

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En el año 2010 tuve mi segundo viaje a Ecuador, lastimosamente no pude viajar con mi padre por el trabajo que él tenía.
Recuerdo que antes de irme mi padre me dijo que cada vez que bajara de un bus lo debería llamar; palabras que marcaron mi vida. Cada vez que bajaba de un bus se me olvidaba llamarlo.

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Después de todo el recorrido por Ecuador llegué a el punto final de mi viaje (Tena-Ecuador), al llegar a la casa donde iba a quedarme, me encontré con la gran sorpresa de que la mayoría de la familia estaba allí. Sentía mucha felicidad porque iba a pasar fin de año en aquel lugar de Ecuador con todos, o bueno, casi todos...

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31 de diciembre, el grandioso fin de año, después de las costumbres de la familia fuí a descansar mientras los adultos tomaban, bailaban y se divertían.

Desperté con una rara sensación en el pecho, el clima acompañaba la rareza de aquel día, todo era nublado y oscuro ( digo que eso es raro porque el clima de aquel lugar es caliente y casi nunca amanecía así).

Observé a mi madre entrar al cuarto con un aspecto triste y melancólico, se notaba en sus ojos que había llorado. Se acercó donde estaba y me dió la noticia inesperada de que mi padre estaba muy enfermo.

-Salomé, tu padre se encuentra en estado crítico en el hospital.

*No hice más que llorar.*

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Pasaron unos minutos y entró una de mis tías.

-¿Ya le dijiste?- habló en modo de susurro. Mi madre no respondió y me miró fijamente...

-¿Qué pasa Mamá?

-Salito, tu padre se murió...

*Destrozos por todo el lugar, llanto, desesperación, maldiciones, preguntas y soledad.*
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Luego de asimilar bien la situación, la calma llegó.

Las cosas bonitas que pasé con mi padre se reflejaron en mi mente; cuantas cosas buenas, cuantas sonrisas, cuanta felicidad, cuanto amor.

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Un día después ya era hora de regresar a mi ciudad.

Después de largas horas de viaje, llegué a la iglesia donde estaban velando a mi padre, al llegar miré a toda la gente que conocía, mire a la familia que no había viajado, miré a todos los amigos de mi padre, con sus miradas melancólicas y tristes me miraban pasar. Con todas las miradas posadas en mi; llegué hasta su tumba.

Al verlo ahí no supe que hacer, sus ojos, sus pequeños ojos cafés estaban cerrados, sus labios partidos de un tono morado, sus mejillas pálidas, llenas de curas y vendas; en ese momento supe y creí que...

Ya no estaba, se había ido para siempre

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Al pasar de los meses me choque con la cruda realidad, noticias sobre mi padre, las cuales ahora son incógnitas que ojalá un día pueda aclarar.

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Por ahora vivo recordando a aquel padre que fue un orgullo para mí, aquel padre que me enseño muchas cosas bonitas; entre ellas: que la vida es dura, pero si uno lucha por salir adelante logra lo que se propone, siempre tenemos que luchar por nuestros sueños, por más obstáculos que en la vida se presenten. Hay que tener una sonrisa en el rostro y la mirada al frente para no caer ante aquellas personas que nos desean el mal.

Habrá gente que se irá de nuestra vida, habrá gente se quedará por siempre, pero a mi, él me enseñó que tenía que disfrutar con aquellas personas para no arrepentirme en un futuro sobre lo que llegara a pasar. Lo bueno dura poco y aprovecharlo al máximo es lo mejor que se puede hacer, un año no es nada comparado con todo el tiempo que te harán falta aquellas personas importantes. Un día, una semana, un mes, un año o mas, no deben ser desperdiciados, lo que hagas en este tiempo puede ser lo último que hagas. Aprovechar al máximo las oportunidades de la vida es bueno, esto hará que nunca te arrepientas y cada decisión que tomes, debe ser muy bien analizada.

Hay en verdad tantas enseñanzas sobre la vida, el tiempo y el mundo. Hay tanto por aprender y tanto por vivir que quizás lo que hagamos hoy sea lo último, pero ojalá y sea lo mejor que hagamos.

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Todos los días me levanto agradeciendo a Dios por un día más de vida, por un día más de enseñanzas y nuevas experiencias. Todos los días lo recuerdo, pero recuerdo que a pesar de que él se fue, siempre quedara en mi corazón, en mi alma y en mi mente.

Todos los días yo me levanto dando gracias a Dios por un día nuevo y la salud de mi familia, todos los días los disfruto al máximo dando gracias a Dios por que todo lo que pasa, todo esto, son pasos muy grandes para lograr lo que quiero y para lograr mis metas.

El 1 de Enero del 2011 él emprendió un viaje en un tren con camino al sur. Algún día, en alguna parada, subiré, me iré junto a él y hablaremos. Comenzará nuestro largo viaje juntos, los malos momentos serán borrados y... "Podré respirar atento y hondo alegrías del corazón, viajando en este tren al sur"

 "Podré respirar atento y hondo alegrías del corazón, viajando en este tren al sur"

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Esta es mi experiencia vital, lo que yo pasé cuando un ser querido se fue, lastimosamente las cosas son así, todo debe pasar por algo.

El punto de escribir esta historia, es para decirles que nunca se rindan y luchen, aprovechen lo que tienen y no se quejen, las buenas acciones tienen buenas recompensas.

Las personas aprendemos de cosas que no queremos que nos pasen, no cometan el grave error de desaprovechar su tiempo con los que aman.

No digo nada más y me despido, que tengan un bonito día, tarde, noche, madrugada según a la hora que estén leyendo esto, gracias ¡Nos leémos pronto!

(Corran y denle mucho amor a su familia, luego ya es tarde) 💓

La Historia de una MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora