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Hola, dejare esto por aquí solo porque se me ocurrió hace poco y creí que quedaría bien para las fechas que se acercan (me gusta mucho el día de muertos -w- es bonito salir y asustar niños o dar dulces XD) bueno, como es algo "relajado" espero igual disfruten mi pequeña historia.
Nota: Los personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo autor.
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Las hojas de la mayoría de los árboles habían caído, pintadas de dorado y rojo formaban una capa crujiente sobre el suelo.
Pasos inseguros se escucharon entre torcidas ramas de troncos grises. El bosque respiraba calmado y tranquilo, sus exhalaciones barrían las hojas haciéndolas rodar y apilándolas aquí y allá.
Oscurecería pronto y Alfred lo sabía. Tenía que regresar sin importar que tan molesto estuviera.
-Sigh.
Renegó pateando un montón de hojas que salieron disparadas en todas direcciones.
¿Que tenía de malo? Él era ya mayor, tenía once. Por lo que le respectaba no era un niño. El podía ayudar a los adultos con las tareas importantes como armar la tienda o encargarse del fuego ¡Pero no! Su padre le había puesto ordenar y desempacar ¡Eso era aburrido en un campamento!
Odiaba que lo trataran como a un niño.
Alfred infló el pecho con el aire fresco del bosque. Sus manos se comenzaban a helar. Ya había caminado una hora. Estaba frustrado y cansado. Deteniéndose, miró una roca enorme y subiendo a ella apretó sus dientes. Lo odiaba, no quería admitirlo, pero era hora de hacerlo. Sus ojos ardieron y junto a su nariz, comenzaron a picarle al no poder ver nada que pudiera reconocer desde ahí.
Alfred estaba perdido.
No debía llorar. Debía pensar en como regresar.
¿Y si no podía?
Angustiado, abrazó sus piernas. El sol se pondría, estaba solo, perdido, no podría volver.
Alfred tembló de pies a cabeza al sentir la respiración del inmenso bosque, deseaba llorar ¿Qué importaba si lo hacía?
El llanto era quedo, lleno de angustia y dolor, miedo y más miedo. Porque no sabía donde estaba, porque la oscuridad le atemorizaba, porque la soledad le torturaba.
Sintiendo un escalofrió decidió bajar de la roca, pero un mal paso hizo que el pequeño resbalara. Las ramitas de hierva alta y seca se trozaron con el grito de Alfred que rodó cuesta abajo perdiendo sus lentes.
Cuando por fin se detuvo, sintió un ardor en sus manos y su labio. Hierro, su sangre corría en su boca mezclándose con su saliva.
-Auauauauaua.
Sollozaba adolorido. Su borrosa visión le hizo sentir punzadas de preocupación. Su madre lo mataría si perdía sus lentes.
-Ma..mamá...
Alfred ya no podía más. Sacudió sus manos llenas de raspones. Pequeños guijarros que se le habían incrustado en la piel ardían al sacarlas.
El viento sopló de nuevo y Alfred escuchó agua correr. Había caído al cause de un rio medio seco, donde el agua estancada había echo crecer plantas con flores extrañas. Limpiando su cara, Alfred talló sus ojos tratando de aguantar y calmar su llanto.
Ahora mas enfadado que asustado, simplemente se quedo quieto. Su nariz goteaba y era el colmo porque, sobándose la barriga un retorcijón le recordó que tenía hambre.
Todo iba de mal en peor.
-Solo falta que me coma un oso.-Dijo por su suerte.
Cuando las plantas cercanas se mecieron su corazón saltó asustado.
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No te dejare
FanfictionPor culpa de los berrinches de Alfred, ahora se ha perdido en el bosque y no esta tan solo como creyó. Una pequeña historia de terror usuk