Bueno, antes que nada, quiero agradecer a -bbibble (te amo) por terminar de animarme a subir esto, y por hacer unas correcciones en este viejo escrito.
Este es un especial por los 10k de un viejo fic que borré y pienso dejarlo así, juju. Así que lo más probable es que lo hayas leído hace tal vez más de un año (ya va para los dos)
Como sea, gracias por leer, las críticas siempre son bien recibidas.-.-.-.-.-.-.-.-
Su vida era una rutina diaria, un ciclo interminable; Uno del cual ya se había aburrido. Él tenia una meta en específico: ser tan buen médico como, alguna vez, lo fue su padre y así evitar que otras personas perdieran a sus seres queridos como lo fue en su caso, por lo que pasaba noches enteras despierto, estudiando cosas que de antemano ya sabía. Pero no se podía dar el lujo de tomar todo a la ligera y que en un descuido lo olvidara por su incompetencia.
Pero, ¿De quién estamos hablando? Pues del mismísimo Trafalgar Law, un chico huérfano que fue cuidado por su tío Rocinante (quien solo piensa en la medicina y en cadáveres para diseccionar con su pequeño y afliado bisturí).
Claro que al chico no le bastaba con pasar la noche en vela estudiando, ¡sino que también lo hacia de camino a la universidad!
Mientras viaja en metro de camino a ella, no despega sus ojos de su pequeño libro de anatomía humana.O bueno, despegaba.
Probablemente siempre estuvo ahí la razón por la cual, ahora, ni siquiera se molesta en sacar su pequeño libro. Nunca lo había notado, incluso aveces se pregunta que fue lo que lo impulso a despegar sus ojos de aquel objeto que anteriormente vivía en sus manos.
No lo sabe (ni lo piensa), pero esta agradecido de aquello. Pues lo vio a él.
No iba a su misma universidad, puesto a que no parecía ser la clase de persona a la cual le interesara la medicina, de eso estaba seguro. Era un chico pelinegro, obviamente más bajo que Law, y probablemente fuese un año menor que él. Normalmente iba con un sombrero de paja colgando de su cuello, aunque claro, sus ojos lo habían seguido por suficiente tiempo como para ver que cuando este se baja del metro, se lo coloca en su cabeza.
Tenia una cicatriz debajo de su ojo izquierdo, y una cara de inocencia que te hace pensar como demonios obtuvo esa cicatriz, pues la respuesta podía ser no muy bonita. Tal vez alguna historia terrible o tal vez una muy estúpida que te haría palmearte la cara de la frustración.
Si... era por eso que se había interesado en él, ya que parecía alguna especie de libro. Uno con una portada sencilla, en algún estante de la biblioteca, pero del cual cada vez que pasas no puedes despegar tus ojos de el, preguntándote de que se trataría, con cientos de posibilidades sobre su contenido. Pero que no tomas pues una parte de tu orgullo no te lo permite.
No sabe como, y no supo si alegrarse o asustarse de que ese chico también, durante uno de sus viajes, cruzara la mirada con él. Tal vez había sido demasiado obvio el hecho de que en sus viajes enteros en el metro no despegara su vista de el chico, quien se encontraba al otro extremo del vagón.
O pudo ser coincidencia.Primero fueron miradas cruzadas, luego disimulos, luego miradas cruzadas y más disimulos. ¡Él chico del sombrero de paja le prestaba atención!
Las miradas cruzadas se convirtieron en miradas directas, por varios segundos... O minutos. Eso no importa.Luego a las sonrisas: el chico le sonreía de vez en cuando, y Law le devolvía la sonrisa. No solía ser alguien que sonriera mucho, pero cuando veía las sonrisas del chico algo en su pecho se llenaba de alguna especie de mezcla de placer, calma y otras cosas más que le decía que todo estaba bien, y que podía confiar en el chico.
Ni siquiera había cruzado palabra con él... ¡ni siquiera sabe su nombre!
Entonces, ¿Qué estaba pasando?¿Por que seguían con ese juego?
No sé por que lo hacían.
No sé por que ninguno de los dos se atrevía a dar el paso después de tanto tiempo. O sí lo sé. Lo sé perfectamente. La razón romántica era para no romper la magia. Y la razón real era porque ninguno de los dos había hecho eso antes y no estaban seguros si lo que estaban viendo en el otro eran señales o su imaginación.Ser todo una mala jugada, que todas sus esperanzas no fueran nada y haber pasado por todo eso... ¿para qué?
Tal vez deberían mandar todo al carajo. Sí, los dos.
Luffy, la otra cara de la moneda, pasaba por algo muy similar: Siempre, desde que puso por primera vez un pie en el metro, observó a Law. Siempre con un pequeño libro marrón, del cual nunca despegó la mirada.
Probablemente, el era el tipo de persona que tenia su vida bajo control, tranquila y serena.Lo que a Luffy le llamo la atención de Law fue que él no revelaba mucho de... él. Normalmente juzgas a una persona por su apariencia; Un hombre con traje: buen trabajo, buena vida. Mujer con ropa simple: probablemente ama de casa.
Pero ese chico...Lo único que podía decir de él era una palabra: "misterioso".
Es como alguna especie de libro cerrado del cual no quiere que veas su contenido, pero a la vez te invita a verlo. ¿Cómo podía ser eso posible? Igual, los tatuajes no ayudaron mucho.Cuando menos se lo espero, notó que ese chico lo veía de reojo. ¿Desde cuando hacia eso? Había notado que desde hacia un par de semanas ya no sacaba el libro y supuso que ya lo había acabado de leer. Supuso que estaba aburrido y miraba a las personas aleatoriamente.
Pero esas miradas cruzadas de reojo siguieron.
Primero fueron miradas cruzadas, luego disimulos, luego miradas cruzadas y más disimulos. Las miradas cruzadas se convirtieron en miradas directas, por varios segundos... O minutos, eso no importa.
Siento que esto se repite.
De igual manera, para estar seguro, le sonrió. Grata fue su sorpresa que el otro le devolviera la sonrisa. Se sentía tan emocionado que ganas no le faltaban para ponerse a gritar en medio de todo el vagón. Pero aun así no se animaba a acercarse a él, tenia miedo de que todo fuera una ilusión o su imaginación.
Ambos chicos ven un libro en una estantería, uno el cual no se atreven a tomar. Tal vez por miedo a salir decepcionados de su contenido. Pero, ¿Y si toman ese libro y termina por ser su favorito? Uno el cual nunca se cansarían de leer y adorarían con todo el corazón.
Aveces, se tiene que correr riesgos.
Ambos se levantan, dispuestos a ignorar todo y tomar ese libro. Y fuera lo que fuera, lo leerían hasta el final.
Están uno frente a otro. Se acaban de bajar del metro. Y, por puro instinto, al momento de salir se buscaron mutuamente.
Acaban de tomar el libro, es hora de leer.
- Soy Luffy.
- Trafalgar Law.
"Es un gusto conocerte".
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El chico del metro [Lawlu] [One-Shot] [Resubido]
FanfictionNo sé por que lo hacían. No sé por que ninguno de los dos se atrevía a dar el paso después de tanto tiempo. O sí lo sé. Lo sé perfectamente. La razón romántica era para no romper la magia. Y la razón real era porque ninguno de los dos había hecho es...