Capítulo Decimocuarto

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Días después... 

- Gracias por acompañarme a la fiesta... - Cristina sonrió levemente y asintió. Hector le había pedido que la acompañara a una fiesta y ella no pudo negarse, lo cierto era que necesitaba hablar con el. 

- Yo también necesitaba un ambiente distinto.. 

- Estas hermosa... - Ella llevaba una falda ajustada negra, una blusa con escote rojo, y unos tacones de aguja que elevaban su estatua. Dejando ver sus piernas bien formadas. El cabello negro suelto, tomado tan solo de un lado. Y un maquillaje que realzaba su hermoso rostro. 

- Gracias... - El se acercó mucho a ella y le besó en la mejilla, muy cerca de los labios. Cristina bajó la mirada, pero al subirla y mirar por encima del hombro de Hector, vio a Diana Elisa agarrada del brazo de Federico. Contuvo la respiración al sentir como los celos la invadían, su rostro debió mostrar lo que sentía ya que Hector se dio la vuelta y se puso rígido al ver quienes estaban en la fiesta la volvió a mirar

- No sabia que él estaría acá - ella se encogió de hombros para quitarle importancia. Pero respiró hondo para calmarse y expresar lo que le venía rondando en la cabeza hacia varios días. 

- Hector... Hay algo que quiero hablarte. 

- ¿De qué se trata? - Dijo el, poniéndole el cabello detrás de la oreja y acariciándole el lóbulo. Cristina tragó con dificultad. 

- Es sobre nosotros... Hector yo... Tu eres un hombre muy bueno y... Yo me siento en deuda contigo por lo que hiciste por Ignacio... Y no quiero... No quiero hacerte daño. 

- ¿Quieres decirme con claridad que ronda en esa cabecita? 

- No estoy segura que casarnos sea adecuado... - Hector se quedó quieto unos instantes y frunció el ceño. 

- Cristina... 

- Escucha.. - dijo tomándole la mano - Eres un muy buen amigo... Y te quiero... Pero no estoy preparada.. Perdoname

- ¿Es por Federico? - Cristina bajó el rostro y después de respirar hondo 

- Es por que no puedo amarte... Y tu te mereces a alguien que te ame... Y yo no puedo ser esa persona. 

- El amor es algo que puede crecer con el tiempo... 

- Ese cierto... Pero yo... 

- Ya amas a alguien... A Federico...

- Federico está casado...- Cristina sacudió la cabeza - Perdoname... Perdoname por favor. - Hector la acercó a su pecho mientras soltaba un suspiro, le besó la frente y la abrazó cariñosamente. 

- ¿Estas segura que no hay nada que pueda hacer para convencerte? 

- Lo siento - Dijo en un susurro. 

- Bueno... Entonces disfrutemos esta noche ¿eh? ¿Bailamos? - El la miró y ella asintió con una sonrisa. La musica que sonaba era lenta y el la llevó a la pista a la vista de todos, incluido Federico que bebía de un trago su copa, con expresión colérica. - ¿Sabes que puedes cambiar de opinión cuando quieras no es así? ¡Te estaré esperando! 

- Preferiría que siguieras con tu vida.. 

- Lo haré, pero no será fácil olvidarte Cristina Alvarez... Eres una mujer única - El se acercó y se pegó a sus labios - Cerremos esta ruptura con un beso... 

El la besó dulcemente y después con pasión, pero aunque ella correspondió, estaba claro que sólo uno sentía que el beso movía su mundo. Federico apretó su copa a tal punto que creyó la rompería. Estaban en la pista besándose... Maldita sea, quería ir a retorcerle el cuello a Hector... Y arrastrar a Cristina a una isla y alejarla de todos, observaba su cuerpo pegado al de Hector y deseaba asesinar a alguien. Diana Elisa notó la tensión en su marido y dirigió la mirada al objeto de su atención, apretó los dientes y se acercó a el. 

"Pasión Dolorosa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora