Gekkan Shoujo Nozaki-kun

Algo parecido al amor (one-shot)

Una mañana Waka-chan salió de su hogar rumbo al Instituto. Y lo que menos deseaba era encontrarse con ese tipo que la atormentaba y hacía su vida imposible, todo por el simple hecho de que él era ¨bueno¨ en básquetbol, siendo que no era así. Cometía faltas constantemente y lo expulsaban en casi todos los partidos ya fueran de práctica u oficiales. No podía trabajar en equipo y eso lo sabía bien, ya que su trabajo como la manager del equipo de básquetbol masculino era observar a cada uno de los jugadores y sus habilidades o debilidades, además de que por su culpa tuvo que hacer ese horrible trabajo o eso lo que pensaba, ya que no lo había intentado, sin embargo, con el tiempo comenzó a gustarle el poder ayudar a los demás miembros del equipo. El único problema era aquél chico; lo odiaba y le costaba trabajo el pensar en cómo alguien tan ruin y malvado podía ser amigo de Sakurai Chiaki (sakura chiyo) su amigo de la infancia. No odiaba a su amigo por habérselo presentado ni nada por el estilo pero no asimilaba como podía ser eso posible, su mejor amigo siendo amigo de su peor pesadilla.

Mientras pensaba en eso durante su camino ésta ya había llegado a su Instituto. Se dirigió al gimnasio para observar la practica matutina como era la costumbre, rezaba para que él no viniera o no se encontrara con él durante el resto del día, pero para su mala fortuna, desde el pasillo que daba al gimnasio, ya se podía escuchar su típica risa.

-¡Qué habré hecho para que esto me suceda a mí!- pensaba la chica. Resignada, abrió la puerta dejando ver a su pesadilla, nada más ni nada menos que SEO YUKIO.

-Llegas tarde- se refirió el mencionado a la chica.

-Lo sé ¿Podrías darme permiso? –lo miró retadoramente intentando contener su enojo.

-Claro- el chico se apartó de la puerta dejando pasar a nuestra heroína- Y dime ¿Te hiciste algo hoy? Es que luces un tanto...diferente- la chica no podía creer que precisamente él tenía sería que se daría cuenta de esta ocasión pondría más esmero en su arreglo personal.

-Lo siento, pero eso es algo que a ti no te debería importarte, así que por favor, te pido que te concentres en tu partido- exclamó intentando contener su nerviosismo que ligeramente mezclaba algo de enojo. La verdad era que no soportaba nada de él y mucho menos le agradaba la idea de que precisamente él, de todas las personas, fuera quién se percatará de su cambio de apariencia.

-Discúlpame- inquirió en tono burlón- Yo sólo preguntaba- se dio la vuelta cuando notó un cambio de aroma en el ambiente y volteó a verla de nueva cuenta para hacerle saber lo que había descubierto hace pocos segundos- ¡Oh vaya! Parece que también cambiaste tu perfume, porque hoy hueles un poco diferente a las demás ocasiones, debo admitir que te queda bien esa fragancia- le dijó el chico mientras se acercaba a ella cada vez más invadiendo su espacio personal- Bueno, me voy y mucha suerte con lo que tengas que hacer hoy- le dijo casi susurrándolo en su cuello y después se alejó de ella.

El partido de práctica había terminado dejando agotado a Yukio.

-Seo-sempai- lo llamó Waka-chan y comenzó a hablar una vez que este se acercó a ella- Si sigues así no podrás jugar, ya deberías ser consciente de que cometes muchas faltas.

-¿Muchas faltas? Solo fueron unas cuántas- se refirió el chico sin mayor importancia ganándose una buen reto de parte de la chica.

-¿Unas pocas dices? –la chica suspiró y tomó su libreta de notas con su mano izquierda para comenzar a enumerar todas y cada una de las faltas- Bien, te mencionaré sólo aquellas que sueles repetir constantemente –tomó aire y comenzó-

1- golpear en la cabeza con la pelota a tu oponente es una falta grave.

2- Sujetar el balón por más de 3 segundos con las dos manos igual.