Capítulo 61

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Hizo amago de volver a pegarle, pero Niall le cogió a tiempo.

Nadia: ¡Cállate la puta boca, Quique!

Quique: Te recuerdo que sin mí tu hermano estaría medio muerto ya.

Estaba totalmente roja de lo enfadada que estaba... Respiró hondo y no le hizo caso.

Quique: Puede que incluso estuviera muerto.

Ahí ya no pudo y se avalanzó hacia él para pegarle y arañarle.

Nadia: ¡¡Hijo de puta!! ¡¡COMO VUELVAS A DECIR ESO TE ARRANCO LA CABEZA!!

Quique la cogió y la lanzó contra el suelo dándola en la cabeza y dejándola aturdida.

Tú: ¡¡NADIA!!

Fuiste hacia ella corriendo. Lo siguiente que viste fue a Harry librándose de Niall no sabes como y dándole patadas y puñetazos a Quique. Tú solo llorabas y... se te ocurrió algo. Algo con lo que todos dejarían de hacerse daño. Necesitabas acabar con esto aunque no fuera buena idea... Te pusiste en medio de Harry y Quique.

Tú: Basta ya...

Harry: ¡¿Qué?! ¡A Nadia no la toca nadie! ¡Y menos este estúpido!

Tú: Se acabó. Quique, has ganado.

Quique: Entonces, ¿vendrás de una puta vez conmigo?

Tú: Sí...

No podías ni mirarle, te daba asco. Miraste a Niall.

Tú: Esto se ha acabado, Niall.

Niall: ¿Qué?

Dios, que carita...

Tú: Se ha acabado. Quiero que sigáis con vuestra vida, que me olvides. No me busques...

Joder... Se te quebraba la voz. No podías mirarle porque ibas a empezar a llorar, pero sabías que él estaba igual  que tú.

Niall: ¿Es.. Estás segura? ¿Por qué?

Tú: Quiero a Quique, no a ti.

Niall: Pero dijiste que...

Empezó a llorar. No.. Joder, no ibas a poder...

Tú: Mentía. Solo lo hacía para darle celos a Quique y que me quisiera más. Vámonos, Quique...

Hechó una mirada triunfante a todo el grupo y se fue detrás tuya. Gilipollas...

Quique: Sabía que al final verías que soy mejor que esos idiotas.

Tú: Sí.. Llévame a casa, por favor.

Quique: Jajja, no, tú a casa no vas...

Te encerró en el coche y condució hasta su casa. Al llegar te cogió de las muñecas haciéndote daño y te tiró en el sofá.

Tú: No...

Quique: ¿No me querías? Demuéstralo.

Puso una mirada asquerosa y empezó a besarte el cuello, te estaba dando verdadero asco. Llorabas de vez en cuando, pero cuando estaba a punto de quitarte la camiseta se escuchó cómo se abría la puerta de su casa.

****: Quique, cariño, he llegado.

Quique: Hola, mamá.

Se levantó rápidamente para que no os viera.

MQ: ¿(Tn_)? ¿Eres tú?

Tú: Em... eh... emm.. Sí ...

Dijiste al fin.

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