Capìtulo XXI: día de Piscina

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_¿Que dijo acerca de tu madre? -preguntó Alessandro confundido- ¿En qué te mintió?

_Ella nos separó -respondí ahogando una lágrima.

Mi novio  unió el par de cejas pobladas en la mitad de su frente, era apenas entendible que él no comprendiera la magnitud de lo que decía. Trate de explicárselo: Toda mi vida mi abuela me hizo creer que mis padres habían muerto,  nunca especifico la manera pues rompía en llanto y yo tratando de ser amable tapaba con historias fantásticas el cráter de su recuerdo, ahora me entere que no fue así como sucedieron las cosas, si bien entiendo en parte a Viola no comparto la idea de que alejarme de mi madre fue la mejor decisión para mi, además de dejarme en un limbo existencial pues ahora no sé si soy mitad mortal o mortal entera.

_Pero si fueses mortal entera no habría problema y no necesitas recitar cuarto para las doce –Interrumpió pensativo Ally el hilo de mi discurso.

Debo confesar que nunca lo había visto desde esa perspectiva, una sonrisa llorona asomo a mi rostro mientras él intentaba limpiar las lágrimas que iban mejilla abajo.

_Pero me siento traicionada mi amor –cuando fui consciente de haberle llamado amor sentí la vergüenza  instalarse en el rostro. Yo nunca había dicho algo así.

_Sus argumentos deben ser buenos Nìa, ¿los escuchaste todos?

_No, salí corriendo cuando pude. ¿Para qué quedarme y terminar d arruinar la poca buena imagen que tenía de mi abuela y de lo que conocía como mi historia?

Alessandro ahogó una risa y me imploró diera tiempo a Viola para terminar de explicar sus argumentos, ¿De qué lado estaba realmente? Se suponía debía secundar mi idea de odiar a Viola hasta que se acabase el mundo, pero no, el estaba ahí como siempre lleno de retorica platónica o aristotélica, más bien sofista…que se yo, pero el punto verdadero es que tenía algo, por no aceptar que mucho, de razón…tal vez después del almuerzo decida  bajar la guardia e ir a hablar con Viola.

***

_ No quiero ser una piedra en el zapato de sus vidas ­ -dijo Donatella una vez sus hijas se ubicaron frente a ella- pero tengo miedo de quedarme sola.

_Mamá –inquirió Jhanell enternecida- Tu nunca te quedaras sola, deja de decir tonterías, Stevanah solo se casará no se va a mudar a otro planeta

_Es que eso equivale a  lo mismo, ya no serán más mis niñas, sino las esposas de unos fulanos.

_Siempre seremos tus hijas –dijo Stevanah azarada por la escena de celos de su madre- no comprendo porque armas tanto escándalo.

_¡Es que tú no eres la que te quedarás sola. ¿Por qué les cuesta tanto tener compasión de su pobre Madre?!

Donatella se levantó de un golpe del sillón de fique y  salió disparada echa un mar de lágrimas.  Jhanell ahogo un reproche y dedico solamente una mirada mortal a la pelinegra gemela que hacia mala cara y se retiró en busca de su madre.

                                      ***

_¿Anita has visto a la señora Viola?

_La vi salir de la casa –respondió con la cara metida en la olla de papas hervidas- Roger la llevó al pueblo.

_¿Sabes a qué hora regresan?

_No tengo idea, pero no deben  demorar ya ha pasado medio día y Roger no está mucho tiempo sin almorzar.

Le agradecí y pedí se me avisara cuando arribaran a casa, justo ahora que más deseo hablar con Viola ella decida ir al pueblo a turistear.

Un Cuarto para las 12.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora