Examenes finales.

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Era verano, a medias de junio. Era un día de esos soleados veraniegos, que ya tienes ganas de poderte ir a la playa... y en los que en realidad te tienes que despertar pronto para ir a la universidad porque estás acabando los exámenes para poderte sacar un master. Pues ala, otro día más, ni playas ni soles ni nada, a la universidad.
-Uno menos para las vacaciones, ¡bien!- dice Marta mirándose la cara al espejo del baño. -Iré a tomar el desayuno, me lavaré la cara, los dientes, me vestiré y me iré a coger él tren de las 7:40 para ir a Madrid otra vez.
Mientras bajaba las escaleras para ir a la cocina y poder prepararse el desayuno, su hermano pequeño Dylan de 13 años, estaba ya despierto  pero seguía aún en su cama tirado con un brazo en cada lado  con un sueño terrible después de haberse acostado el día anterior a las dos de la madrugada.
-Dylan levántate, no me hagas arrastrarte de un pie hasta la cocina, además ayer me dijo mamá que te llevase hoy yo al colegio y hoy no puedo llegar tarde, tengo durante estas dos semanas los exámenes finales, rápido-

A la vez que Marta preparaba su desayuno y el de Dylan y lo llevaba a la mesa para desayunar, su hermano mayor Daniel, ya de 25 años, con novia , estaba abriendo la puerta de la casa para poder entrar y descansar un rato en casa de su madre, llamada  Mónica, después de 8 horas de viaje en avión desde Hollywood.
-Hola Dani, ¿que tal? No me esperaba tu llegada a casa de mamá- dice Marta al ver que su hermano entra por la puerta.
-Qué raro, yo ayer avisé a mamá de que venía, creía que os lo había dicho.- Responde Dani a su hermana mientras le da dos besos y una abrazo. -¿Y Dylan? ¿Sigue durmiendo?
-Si, normal después de que se acostase ayer a las dos. A ver si pones aquí un poco de orden y le despiertas que ya son horas y no puedo llegar tarde- Le contesta Marta, mientras se termina de beber el zumo de naranja recién exprimido.
-Voy a subir a despertar al pequeñajo este, a ver si obedece. Si tarda mucho en hacer las cosas le llevo yo al cole y después ya vuelvo a descansar-dice Dani a su hermana
-Vale, yo en seguida subo a terminar de prepararme-contesta marta.

Mientras subían los dos las escaleras, Dylan seguía tumbado en la cama, pero en seguida se percató de que estaba su hermano mayor y fue corriendo, se levantó y le dio un gran abrazo.
-¿Qué pasa bro? ¿Qué tal Rocky? Hace mucho que no te veo tú- le pregunta Dylan a su hermano emocionado de verle
-¿Eso eso, que tal Rocky?- pregunta desde su dormitorio gritando Marta a Dani.
-Anda anda que fantasma, si hasta te acuerdas del nombre de mi novia. Corre vístete y vamonos a desayunar que te llevo al cole- dice Dani a su hermano mientras se parte de risa. -muy bien la verdad, besos de su parte- le contesta a marta.
Ya habían pasado por lo menos 30 minutos desde que Dylan se había levantado y Marta se había ido a terminar de arreglar, así que ya eran las 7:15, hora de irse a la estación de tren.
-Adiós Dylan, adiós Dani. No os enrolléis mucho y daros prisa, yo ya me voy. Adios.- le dice Marta a sus hermanos mientras cogía las llaves de casa y el móvil y salía por la puerta.

Nada más salir de casa se puso la música en el móvil y empezó a caminar hasta llegar a la estación de tren. De camino a la estación, Marta se tropezó varias peces con los pequeños escalones que producían las raíces de los árboles al ir creciendo, pero no causó ningún problema. Como le sobraba tiempo, paró en un Starbucks en frente de la estación a comprarse un café y una chocolatina para media mañana.
-Atención, el tren dirección a Madrid centro se ha adelantado, el tren dirección Madrid centro se ha adelantado, sentimos las molestias, gracias.-suena de repente en los altavoces de la estación, Marta ya estaba pagando.
Al mismo tiempo que corría dirección 8 para coger su tren, se encontró con Javier, su ex. Ella pensaba que podría habérselo encontrado en otro momento para poder evitar pensar en él, pero al menos pudo evitar la conversación escondiéndose detrás de un cartel digital de publicidad.
-uf, por qué poco-suspira mientras que se quitaba la música del móvil.
Nada más subirse al tren, le piden el billete para poderla dejar pasar.
-por favor, ¿el billete?- me pregunta un hombre de color alto
El señor no me paraba de mirar seriamente mientras lo sacaba de mi bolsillo, eso me intimidó.
Le dí la mano con el billete, el me lo cogió y el arranco la esquina baja derecha y me dijo:
-ya puedes pasar, es el asiento 56. 2 pasillos más allá, la 4ª fila de asientos, el del lado de la ventana-me dice mirándome seriamente.
Marta al ver que el hombre la seguía con su mirada se asustó un poco, pero no le dio importancia, ella sabía cuál era su destino y qué tenía que hacer.

Ya había llegado a su parada, tan solo eran 20 o 25 minutos en tren. Marta bajó del tren tranquilamente se volvió a poner la música y fue andando hasta su Univeridad.
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Pasadas ya las 4 horas de Uni, Marta tenía que irse al centro de fotografía muy rápido, iban a empezar ya las sesiones de fotografía de ropa de invierno. Tenía sesiones los martes y jueves, pero de vez en cuando iba más días extras.

-buff, y ahora tener que ir a la sesión, después del examen de moda, da pereza pero en fin... que se le va a hacer.- suspira Marta cansada
De camino al centro, se tomo le café y la chocolatina que había comprado previamente en la estación de tren.

¿Más que mi jefe? [ESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora