Amor Por Casualidad

Capítulo 6

1 hora después suena el timbre era la comida, nos sentamos a comer, y ¿Tifón? No sé, se fue. Después de comer nos fuimos a otra pieza. Estuvimos ahí jugamos por varias horas, cuando me tocan el brazo, miro y era él ¿Qué hora es? Tarde, me paro agarro mis cosas y estaba saliendo de la pieza cuando dice ¿A dónde vas? A mi casa, es tarde Any, se suponía que comíamos y me iba pero bueno siempre hay alguna complicación nueva, ¿me abrís? ¿Me perdonas? ¿Qué hago? Nada, quedate a dormir, no, si, no, si, no es no abrime, bueno (agarra las llaves) yo voy delante de él, llegamos a la puerta pero él no abre, me doy vuelta ¿Me abrís? Me sonríe ¿Por qué debería abrir? Porque me quiero ir a mi casa dale ¿Qué vas a hacer para que abra? Nada, bueno vas a dormir acá entonces, perfecto. 

Me siento en el suelo, se sienta conmigo, se me acerca y cada vez más, me da un beso, tal vez te besaste con otra -me río- (quisiera saber cómo sería sin remera) ¿Por qué estoy pensando esto? ¿Te doy un balde? Me saca de mis pensamientos, ¿qué? Si querés un balde ¿Para qué? Porque me estas mirando fijo hace rato -me sonríe- me acerco a él ¿seguro que no es tu novia? Se para, nos miramos fijo me levanto del suelo, me quedo mirándolo. Me agarra de la cara, nuestros labios rozan sin llegar a besarnos, siento su respiración pesada, me agarra de la cintura, y yo pongo las manos en sus cachetes fundiéndonos en un beso profundo, baja sus manos, me acerca más hacia él, me subo a su cintura, camina hasta que nos caemos en la cama, me besa los costados del cuello, me da un beso cortito en los labios y me saca los borcegos. Me agarra la mano para hacerme parar abre la cama, me acuesto me tapo, se va al mueble, y después sale de la pieza.

Me despierto, me quedo un ratito más en su cama calentita, me levanto, le hago la cama, me miro en un mini espejo. Mis pelos, me peino con los dedos mientras observo la pieza, las paredes son azul Francia, tiene cuadros de él y amigos, tiene una súper televisión. Salgo de la pieza no había nadie, ¡buen día! se escucha una voz de lejos. ¿Desayunamos? Aparece ¿qué la hora es? Las 10:15, veo una frazada hecha un bollo en el sillón, la agarro, la doblo y la pongo a un costado del sillón, No hacía falta ¿Qué tomas? No sé lo que tomes vos, tengo: te, chocolatada, mate, capuchino, mate cocido, yogurt, leche, café, lagrima, cortado. Me empiezo a reír, chocolatada caliente -me sonríe- ¿te ayudo? No, ¿Qué comes? ¿Qué te gusta comer? No, nada, vamos a la mesa. Le dije a tu hermano que después yo te llevaba, si es que no te molesta, está bien, me duele todo el cuello ¿Qué dormiste mal? -Me sonríe- estoy acostumbrado a dormir en mi cama, hubieras dormido en la cama -le sonrío- no me hubieras dejado, igual no dormí en el sillón me arrepentí y me fui a dormir a la otra cama -me sonríe- mejor. Me gusta tu pieza, gracias. Nos quedamos hablando de que me gustaba su pieza y su casa ¿Dormiste bien vos? Si, también me gusta tu cama, estaba calentita. Me alegro –sonríe- espero que eso ayude a lo de anoche, ya paso digo, me acerco y le doy un beso en la punta de la nariz, no seas así, me da un beso él. Agarro mi taza, ¿Dónde vas? A lavarla ¿Por? Lo hago yo, bueno ¿El baño? Ahí enfrente, entro y me enamore del baño también, me peino otra vez y me estiro la ropa con las manos, me lavo los dientes, cuando salgo del baño veo a Tifón en la puerta, me acerco con una sonrisa lo abrazo de atrás, me saca las manos, me mira, lo miro y miro a la puerta, Abba a centímetros de Tifón, que necesidad de estar tan cerca si se pueden hablar a una distancia "normal" me voy sin decir nada. -Estaba tan bien- entro a la pieza, me pongo los borcegos, mi campera y mis cosas. Salgo de la pieza, veo a Tifón que viene hacia mi rápido. Any, llevame ¿Por qué te enojas? Veníamos muy bien y lo arruina siempre lo arruina ¡¿Qué necesidad tiene de hablarte tan cerca?! Lo miro y -sonríe- no te rías, no me parece nada divertido. Sigo sin entender ¿Qué quiere con vos?

No son novios, se acabó fin, game over que se vuelva a donde vive, no hay vacaciones acá todavía. Se me viene a la mente la frase que me dijo en la calle, "sos muy linda para ser la amiga nada más". Me agarra de la mano y me lleva hacia sí, -me debilita estar a dos centímetros de su boca- ¿Me llevas? Digo en voz baja ¿A dónde? –sonríe- -esa boca, esos labios, me pueden  pienso, a mí, a mi ca, (siento su aire caliente) ¿A dónde? Tengo que ser fuerte, resistir, a mi casa. (¿¡Por qué me lo hace a propósito!? Pienso) vamos, camina hacia la puerta (¡bien! Any ¡bien!) Lo sigo para no quedarme más un segundo acá con él.