ADVERTENCIA: Este capítulo contiene escenas relacionadas con violencia física y sexual que podrían resultar perturbadoras para algunos lectores, se recomienda discreción.
Los oídos me zumbaban, sentí la cabeza pesada y una sensación de vértigo se apoderó de mi cuerpo. Apenas podía mantenerme en pie, vi mi ropa manchada de sangre y al volver la vista a la escena frente a mí, me produjo vómito. Me arquee con la intención de vaciar lo que tenía dentro de mi estómago pero aquella mañana no había desayunado nada.
Los recuerdos de aquella tarde después de la escuela regresaron a mí como una maldición; un recordatorio de lo que era capaz de hacer. Sabía que había algo oscuro revolviéndose dentro de mí después de ese día. Durante los últimos meses había intentado convencerme que yo no era así, que no era capaz de hacer daño a alguien pero solo bastaba ver el cadáver del hombre en el piso para saber que me había convertido en aquello que más temía, en una asesina.
Quería llorar pero no había tiempo para lamentaciones, la pequeña que había presenciado la desagradable escena requería atención, debía recomponerme. Todo había sucedido tan rápido que apenas podía procesarlo.
Abrí la puerta del cuarto esperando cualquier cosa menos lo que halle ahí. En medio de la habitación pintada de color de rosa, en el piso, estaba la mujer de la fotografía rodeada por su propia sangre. Sus ojos con lágrimas me miraron suplicantes y movió sus labios en una silenciosa petición.
"Sálvala"
Apenas procesaba lo que sucedía mientras el hombre encima de ella empujaba de forma desesperada su cadera contra la de ella. La mujer exhaló su último aliento y cuando el hombre extasiado soltó un suspiro de satisfacción se percató de mi presencia. Se giró para verme con una estúpida sonrisa, se relamió los labios y mientras lo observaba, el rostro del bravucón de mi escuela, Brandon Bradley se atravesó en mis recuerdos. Un sudor frío recorrió mi rostro, el vello de mis brazos se erizó y me sumergí en la ira que sentía; me ofusqué. Corrí gritando hacia él, alcé la Katana en alto y de un tajo separé su cabeza de su cuerpo. Su sangre tibia brotó de su cuello como si fuera una lluvia matinal, empapó mis ropas, mi rostro y cuando el cuerpo se desplomó a lado del de su víctima salí de mi trance; comprendí lo que había hecho. Vi el cadáver del hombre con desagrado y lo patee lejos de la mujer, la contemple por un momento y me hinque para cerrar sus ojos con la palma de mi mano, tome el cobertor de la cama y la cubrí con él. No merecía haber muerto así, ni ella ni mi madre habían merecido morir de esa forma.
— Lo siento tanto... Lo siento mucho...—sollocé frustrada cuando escuché una voz detrás de mí.
—¿Mami?—una voz infantil se coló del closet empotrado al fondo. Me alcé rápidamente y lo abrí para descubrir a una pequeña de cabellos dorados y ojos carmesí oculta en el fondo que me observó con miedo, debía tratarse de Lilly.
—¿Lilly?— la pequeña estaba temblando y cuando pronuncie su nombre perdió la consciencia. No entendí porque había actuado así, hasta que la saque en brazos y me miré en el espejo del pequeño tocador de su habitación. Tenía muy mal aspecto, mi cabello estaba alborotado, mis ojos se veían hundidos y cansados, mis ropas estaban llenas de suciedad y en mi rostro había manchas de sangre. Seguramente, cualquiera con ese aspecto debía lucir aterrador para una niña pequeña.
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V
General FictionV es una joven con un pasado conflictivo, llevaba una vida normal con su madre hasta que un ataque biológico afectó su ciudad. Quedando completamente sola, tendrá que sortear diferentes pruebas para salir de la ciudad y encontrar al hombre de la...