E: Salud (dijo Esteban entregándole una copa de vino a María)
M: ¿Por qué brindamos?
E: Por nosotros. Porque a pesar de todo lo ocurrido, estamos juntos de nuevo. La vida nos ha colocado de nuevo frente a frente, como si fuéramos dos contrincantes en un tablero de ajedrez (ríe) ¿te acuerdas, cómo nos gustaba retarnos en el ajedrez? (ríe nuevamente) como en el juego, no solamente tenemos que esperar a ver quién mueve la primera pieza
M: Yo conozco tu juego, no podrás ganarme (segura en sus palabras)
E: En la vida como en el ajedrez hay muchas formas de triunfar
M Puede ser, pero tú ya no puedes sorprenderme (Esteban ríe ante sus palabras) yo conozco todos tus trucos (él niega con un dedo) y sé muy bien como darles la vuelta para salir invicta, para no dejarme ganar
E: Han pasado veinte años María, yo puedo tener trucos nuevos, ¿no sientes, curiosidad?
M: Curiosidad sí, pero no voy a arriesgarme... a menos, que apostemos algo importante...(dijo insinuante)
E: ¿Algo importante?, ¿cómo qué? (mil ideas pasaban por su cabeza, todas ellas tenían algo que ver con la cama y volver a tener a su mujer entre sus brazos)
M: No lo sé, dímelo tú
E: Muy bien. Vamos a decidirlo de una vez. Ven (la tomó de la mano y se dirigieron al despacho)
M: Quién nos hubiera oído, podría haber pensado que hablábamos de otra cosa, y no de una partida de ajedrez
E: Y tú cómo puedes saber si no me refería a otra cosa (risas coquetas de ambos) acepté tu reto, vamos a jugar esta partida y vamos a apostar algo importante, tal y como lo mencionaste
M: Dijiste que lo pensarías... (haciéndole un gesto con los labios)
E: Ya lo pensé
M: ¿Qué vas a apostar? (esperando expectante su respuesta)
E: Si gano, quiero una noche contigo
M: ¿Y si pierdes? (luego de recuperarse del shock que le causó su respuesta)
E: Lo que tú me pidas...
M: ¿De verdad? (él asintió)
Esteban le hizo un gesto para que ella tomara asiento frente al tablero de ajedrez y luego lo hizo él. Al igual que hizo que ella comenzara el juego...
E: El juego acaba de comenzar (dijo luego de dar un sorbo a su copa de vino) es mi turno...
Luego de varios minutos jugando...
E: Jaque, creo que estoy a punto de ganarte... ¿sigues dispuesta a cumplir lo apostado, verdad?
M: El juego no ha terminado todavía Esteban, todo puede ocurrir...
Continuaron el juego entre miradas seductoras y sorbos de vino, el final se estaba acercando, dando paso a un solo ganador...
E: Jaque mate, te gané. Te dije que tenía nuevos trucos, María (dijo sonriendo de manera sensual)
María estaba estupefacta, esto no podía estar pasando, sólo le faltaba mover una pieza y el juego habría acabado, pero qué equivocada estaba, el juego había terminado dando por triunfador a Esteban, él había ganado y ahora querría cobrar su premio, premio que ella no estaba dispuesta a pagar... ¿o sí?
E: vamos María, dime algo (aún sonriente) o ¿estás pensando las formas en las que puedes pagar tu apuesta? (le guiñó un ojo)
M: ¡por supuesto que no! (ruborizándose un poco) Felicidades Esteban (le dijo cuando por fin recuperó el tono normal de su voz) me confié demasiado y perdí