Habitación 201

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Capítulo 27

Embarazo... Por consecuente bebe ¿No?

¡¡¡Eso es más que obvio Sofía!!!

La llamada de Luck me hace saber que no tiene ni idea de cómo sobrellevar esta situación y poniéndome a pensar mientras camino de la mano con Matías a rastras, yo tampoco tengo la mínima idea de eso. ¿Qué haré en cuanto llegue a la clínica? ¿Qué le diré a Luck para que se calme? Es que de hecho que está muy nervioso y es de comprender, apenas somos unos niños que veremos otro niño recién nacer.

¡Mierda! ¡Mierda! Y ¡Mierda! ¡¿Qué hago?! – pero realmente no sé qué hacer cuando los vea, y peor que dirá Matías al oír cuando sepa a donde vamos.

- ¿Sofía? – me pregunta Matías – ¿A dónde vamos? – sigo caminando, no es momento para ponerme a explicar lo que está pasando – ¿Oye no crees que vas muy rápido? –se ríe – o sea apenas y casi nos besamos y ya me tomas de la mano y me jaloneas como manipulándome – aguanto la risa para escucharlo hasta el final – si lo nuestro será así – lo dice entre risas sarcásticas – prefiero que nos demos más tiempo... pausa y me mira viendo esperando alguna reacción – tu sabes ¿No? – aún sigo aguantando la risa y lo miro penetrante, hago que su risa y sarcasmo se vaya de inmediato – ¿Qué pasó? no dije nada malo... – me pregunta un poco más serio, al parecer mi mirada si funciona.

- ¡Fiorella! ¡Bebe! ¡a luz! ¡Luck! ¡Nervioso! ¡Padre! ¡Probablemente! ¡Primeriza! ¡Manejo de nervios soy! – disparo todas esas palabras lo más rápido posible, resumiendo la historia pensando que así entendería algo, pero como es Matías no esperaba que fuera así.

- ¿Queeeee? –responde arrastrando la última letra. Y como es de esperarse no entendió nada de lo que dije – es que no entiendo – se encoge de hombros, que no está claro en todo lo que dije, es más que obvio ¿No? - explícate ¿Cómo que Luck es papa? o ¿será? no entiendo... – realmente está muy confundido, pero no hay tiempo ahora.

- Solo vamos a la clínica – tomo de su mano una vez más y lo jalo a rastras.

*****

Esto es una locura, una tremenda locura. Luck no deja de dar vueltas por todo el pasillo donde se ubica la habitación de Fiorella, el doctor hace cinco minutos nos dijo que nos avisara en cuanto estén en trabajo de parto y señalo también que el padre debería estar presente o algún familiar a lo que Luck respondió inmediatamente que él estaría presente en la habitación 201. Sigo sin entender aun, no sé quién es el padre de ese niño que lleva en su vientre Fiorella y que está por nacer, ¿Será que en verdad la preocupación de Luck es solo porque es su mejor amigo? ¿O eso es con segundas intenciones? Es algo que no deja de rondarme por la cabeza, espero que pronto tenga la suficiente confianza para contármelo.

- ¡Luck basta me mareas! – digo casi suplicante – ¡En serio! – hace caso omiso a mis peticiones y sigue con lo suyo, dando vueltas como loco dentro de la habitación, después de confirmar algunos datos con los doctores, le mencionaron que espere un momento, y que luego le avisarían cuando podría entrar. Al parecer está muy nervioso, puedo entenderlo, realmente es una experiencia nueva y los nervios lo consumen, pero solo hace que todos tengamos el mismo nivel de nerviosismo.

- ¡Oye en serio Luck me mareas a mí también! – me apoya Matías – ya tranquilo – intenta calmarlo a su modo – oye todo estará bien – lo dice mostrando total calma, como si todo esto no le afectara en lo absoluto, aunque no tiene por qué hacerlo tampoco.

Luck poco a poco se va calmando, no del todo, pero por lo menos hace lo posible. Mientras tanto Matías está sentado con audífonos como si nada, quisiera la misma calma que muestra, por ahora no ha preguntado mucho y se lo agradezco – sabe perfectamente lo que está pasando – al menos se encuentra en contexto y decidió quedarse con nosotros, solo espero que él sea nuestra fuente de calma porque yo no dejo de llenarme la cabeza de preguntas, me inquieta saber lo que pasa con exactitud, no comprendo como paso todo esto.

¿Fiorella mantendrá a su bebe sola? ¿Podrá con eso? ¿Sus padres que dijeron al respecto? ¿Es niña o niño? ¿Quién le ayudara con los gastos? ¿Podrá levantarse cada madrugada? ¿Le dolerá a la hora de dar de lactar por primera vez? ¿Cuántos años es que tiene? ¿Qué pasara con sus estudios? ¿Luck está demasiado involucrado? ¿Cómo estará ella en la habitación de parto?

- ¡Ya entraré! – menciona emocionado Luck sacándome de mi trance lleno de preguntas un tanto estúpidas algunas.

- ¡Oh! – reacciono – ¡Cierto! – sonrió para transmitirle calma a través de un simple gesto – ¡Ve! – digo alzando mis manos en dirección hacia la habitación 201, notando que se ha quedado medio pasmado y sin alguna reacción de inmediata – ¡¿Qué esperas?! – le pregunto al ver que aún no reacciona del todo – ¡Entra! – se acerca a mí a pasos lentos, no entiendo lo que hace, supongo que no puede con los nervios, literalmente va a ver a un niño recién nacido, posiblemente hasta le corte el cordón umbilical - ¿No piensas ...? – intento seguir con mi oración pero...

Una simple palabra:

Interrumpida

Interrumpida no con cualquier palabra tonta o llenas de nervios – no, nada de eso en lo absoluto – interrumpida de una manera en la que quizá hace unos meses me hubiera encantado mucho y me hubiera puesto a gritar como una loca de manicomio, pero esta vez simplemente me nublo y mis emociones se congelan junto con todo mi cuerpo que aún no reacciona al beso que Luck me acaba de dar, es como si nada importante me haya pasado. "El beso" el gran beso que esperaba hace mucho ¿Y ahora? Pues no siento precisamente lo que imaginé alguna vez, o mis sentimientos están confundidos o simplemente aun no asimilo lo que Luck acaba de hacer, debido a que estamos en el hospital junto a Matías – con quien hace menos de una hora, nos encontrábamos en la misma situación – es algo raro, no sé precisar cómo me siento ahora mismo. De igual manera creí que en cuanto pase, esta acción crearía en mi un montón de sensaciones irreconocibles.

Luck se separa apenas cinco centímetros de mí, finalizando el beso de una manera tierna, mientras mi cerebro sigue cargando, me da un beso más en la frente y me mira directamente a los ojos – Me das fuerzas Sofía – me dice muy suave volviéndose acercarse a mí – y me alegra tenerte aquí – sonrió al escucharlo, a pesar de que aún no asimilo del todo lo que acaba de pasar, después de aquellas palabras se fue más tranquilo a la habitación de Fiorella.

Volteo de inmediato en busca de Matías – mi primera reacción al ver a Luck entrar a la habitación – me mira a la distancia haciendo una media sonrisa, trago saliva, de alguna manera me siento un poco extraña y quizá triste, no sé, verlo apenas y logrando una sonrisa educada, se para del asiento y fija su mirada en mí, no sé cómo explicar lo que sé que su mirada me dice, no necesito oírlo porque su mirada me dice todo. Definitivamente vio todo lo que paso, el volteo luego de algunos segundos y se fue con pasos cortos – con las manos dentro de sus bolsillos – poco a poco alejándose por el pasillo del hospital, trago saliva, definitivamente esto no va bien, conmigo ni con él.

¡Mierda! ¿Qué hago? ¿Voy atrás de él?

Si, si y sí. Claro que tengo que ir tras de él ¿Por qué no? Sería la pregunta adecuada. Camino con rapidez pasando por la habitación de Fiorella de corrido sin pensar en que puede estar pasando allí ahora mismo. Doy pasos largos para llegar con rapidez y no perderlo de vista, entre doctores caminando a mi alrededor, enfermos, familiares de pacientes y todo, voy perdiendo de vista poco a poco a Matías. Mi cabeza empieza a dar vueltas, hay muchas personas aquí, así que paro en seco para poder calmar un poco a mi cabeza. Ya detenida logro visualizar apenas a muchos pasos a quien sigo – Matías – voltear el ultimo pasillo a la izquierda. Camino con pasos ni muy largos ni muy cortos hacia él, aun por estos pasillos hay mucha gente, lo que me agobia mucho, entre ese mar de gentío logro ver apenas a una mujer en silla de ruedas, esta de espaldas y lleva ropa típica de paciente de hospital, aquella mujer tiene poco cabello, de color castaño y de tamaño mediano, al parecer se le está cayendo porque por el aspecto que puedo lograr ver es muy seguro que la mujer sufra de cáncer, sigo avanzando y la enfermera que esta con aquella señora toma la silla de ruedas y la empuja hacia su habitación con una calma a plenitud. La mujer empieza a acomodarse en la silla y es ahí cuando voltea y me percato de su rostro de tez blanca, ojos marrones con ojeras muy grandes, labios bajos y sin ninguna chispa de felicidad y aquel lunar que solo yo y ella tenemos...

El Hijo de mi NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora