Querida soledad

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La brisa de los arboles acariciaban mi cuerpo, los crujidos de las hojas secas que caen con el pasar del tiempo, siempre fue lo mismo… pasaba constantemente por ese sendero cada vez que salía del colegio. No me gustaban las bicicletas ya que tuve una mala experiencia con ellas, es por ese motivo que aprendí a observar siempre lo maravilloso que nos ofrecía la naturaleza, el olor a hierba fresca, canticos de pájaros, soledad, más que todo soledad.

El  único que se atrevía a pasar por el sendero era yo, nunca vi a nadie por aquellos lugares claro que en muchas ocasiones imaginaba ver personas pero al rato veía que no se movían así que seguía con mi recorrido al cual nombre como “el recorrido de la imaginación” pero que en ciertos momentos llamaba “el camino de los eternos recuerdos”. Recuerdo que en un día de invierno se presentó una fuerte tormenta a lo que no le tome importancia, tal vez para ti sea muy deprimente que un niño de 10 años piense de esa manera pero era yo y solo yo, en fin como te iba contando ese día de camino a casa y en medio de la tormenta conocí a una niña, tan hermosa que dude que fuera real, estaba sentada a un lado del sendero, recuerdo haberle preguntado si le sucedía algo y en respuesta recibí una sutil sonrisa.

Cuando llegue a casa no dejaba de pensar en aquella niña tan extraña, y así fue el día siguiente, y el siguiente, y el siguiente, hasta que sin darme cuenta volví a mi rutina diaria.

Una tarde de otoño me encontraba sentado bajo un árbol del colegio contemplando lo hermoso que se veía el cielo con todas las hojas revoloteando por doquier cuando sin querer solté un suspiro melancólico “te sucede algo?”  Sorprendido solo alce la vista y al ver a la causante de mi extraño pensar respondí “si y todo gracias a ti” molesto me levante y me fui “Cada vez que te sientas sólo, recuerda.”  Escuche a lo lejos no le tome importancia y continúe con mi camino.

Pasaron 5 años desde aquel encuentro con la niña que decidí llamar Recuerdo en honor a la última oración que escuche de ella, ya no era un niño no, ahora era un adolescente de 15 años que aun tenia presente a Recuerdo en su vida, ya que en clases de artes siempre nos pedían plasmar en el lienzo algún recuerdo significativo y por extraño que fuera siempre era ella la que acudía a mis pensamientos.

Un día decidí desechar a Recuerdo, porque no me dejaba hablar con muchachas y muchachos de mi edad, cuando un día en medio de uno de los pasillos del colegio apareció más hermosa de lo que la recordaba yo muy nervioso me acerque a ella y le pregunte si le sucedía algo ella me miró fijamente y dijo “Cuando te sientas sólo, cuando necesites hablar, no olvides nunca que alguien te va a escuchar.”  En ese momento me enfurecí y le respondí “mientras estés presente no podre ser escuchado” en ese instante me di cuenta que no sabía su nombre pero no me importo gire sobre mis talones y seguí con mi camino.

El tiempo transcurrió más rápido de lo pensado ya no era un adolescente de 15, era todo un hombre, al menos en físico ya que psicológicamente seguía siendo un niño enfrascado en su mundo, en aquel mundo lleno de historias fantásticas en donde habitaba solo él y en ocasiones Recuerdo. En un día de invierno, recordé el día en que conocí a recuerdo y sin querer comencé a llorar, reír y gritar sin un orden especifico solo lo hice, un mar de sensaciones y sentimientos se apoderaron de mí, sentía frustración, por no saber su nombre, por nunca tener el valor de entablar una conversación con ella,  por no haberle dicho que la quería y que contaba conmigo. Tristeza, por haber olvidado como observar la naturaleza, por no haber sido constante a la hora de aprender a montar una bicicleta y alegría, por haber conocido esa tarde de invierno a mi apreciada Recuerdo, todo adjunto, así que hecho un lio de emociones me infundí valor y Salí a casa de mis padres, miles de recuerdos me inundaron recordé el sendero que deje de transitar a los 15 años, recordé cuando el día que tome la decisión de irme a vivir solo, a mis amigos, a mis abuelos y demás familiares. Cuando llegue a mi antigua casa mis padres se sorprendieron de verme allí “sucede algo” dijo consternado mi padre “no es muy común que vengas” solo sonreí y lo abrace al igual que a mi madre.

Jamás me había sentado a charlas con mis padres, más sin embargo hablamos hasta del porque las galletas de la abuela eran mejores que la de mi madre, fue lo más hermoso que me había pasado, decidí contarle a mi padre sobre la chica de mis eternos pensamientos a lo respondió “la única que nos entiende y nunca jamás cuestionará todo aquello que pensemos es la soledad”  luego de varias horas me despedí de ellos con la promesa de volver mañana, en lugar de ir en coche decidí recorrer nuevamente el sendero  de la imaginación y eternos recuerdos ya era de tarde pues el sol se empezaba a ocultar a mis espaldas sin embargo seguí mi camino, observe a la distancia a una mujer sentada a un lado del sendero lo que me pareció extraño aun así me acerque “Hey” dije para llamar su atención ella alzo la vista y me miró fijamente “que hace a esta hora por estos lados señorita?” pregunte cortésmente, ella se levantó y me dijo “es un buen lugar para encontrarse, pero uno muy malo para quedarse”  solo la observe “sí que lo es” sin más ella se fue alejando me quede observándola por largos minutos cuando me di cuenta que iba por el mismo camino que yo así que me ofrecí a acompañarla ella solo asintió al poco tiempo me atreví a preguntarle cuál era su nombre ella me miro y sonrió sutilmente “soledad..” y siguió caminando, yo por otro lado me quede allí petrificado ver su sonrisa me hizo caer en la conclusión de que era mi hermosa Recuerdo, la niña que un día como hoy conocí allí en ese sendero, corrí para alcanzarla y sin miramientos la estreche entre mis brazos y uní mis labios a los suyos fue mágico “quédate conmigo” musite, ella me miro y dijo “estas seguro?” estaba más que seguro que la quería cerca sin ella me sentía desolado “ nunca había estado más seguro en mi vida”  espero y nunca te arrepientas…

Esa era ella mi amada, la mujer que espere por tanto tiempo la que me llenaba en todos los sentidos Mi Querida Soledad…   

   “La soledad no es el silencio, es el reencuentro consigo mismo

La soledad no es motivo de tristeza, es motivo de reflexión

La soledad es estar rodeado de gente y sentirse sólo

Esta es mi soledad, verme rodeado de luz

Estar solo no es malo, estar en soledad, sí. Porque la soledad es no tener a alguien que comparta tus ideas y sentimientos

La soledad es vivir siendo loca para no volverse loca...”

Ari.

 http://youtu.be/xCVea05GFHU 

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