El Secreto #VAwards2018

🐺Prólogo🐺

Todo estaba oscuro y frío, lo único que tenía calor humano en aquella sala era la mano que sujetaba la suya helada.

-Estamos perdidos- dijo por telepatía ella.

-No digas eso- le regaño el hombre con el cual mantenía su mano unida-, saldremos de esta. Te lo prometo.

-No saldremos de está, no pararán hasta que no tengan lo que han venido a buscar- contraataco está, mientras miraba por la ventana- Aunque ello suponga matarnos.

-No lo permitiré, debe de haber alguna salida- respondió soltandola y entreabriendo la puerta para asegurarse de que estaba vacío. Tras comprobarlo miró a su acompañante y dijo- Hay un túnel subterráneo tres plantas más abajo, ¿puedes correr?

La miró preocupado pero ella se acercó a él y le acarició su mejilla antes de besarla. Este le cogió la mano y salieron de allí hacía su única oportunidad de libertad. Con cada paso que daban, se mordía el labio por los pinchazos que sentía en el abdomen, cuando pararon en el borde de las escaleras ya tenía lágrimas acumuladas. El chico se arrodillo ante ella mostrando su espalda.

-¿Qué haces?- chilló en su mente- Nos van a coger.

-Sube- susurró con voz firme-, o no avanzaremos mucho y si que nos cogerán.

Suspiró y subió a su espalda, el muchacho bajó deprisa las escaleras pero al llegar a la planta primera se oyeron unas voces graves.

-¿Están todas las salidas bloqueada?- preguntó uno de ellos.

-Sí, mi señor.

-Mierda- susurró el chico- ¿Puedes detectar si hay abajo guardias?

La chica cerró los ojos pero sólo sintió la presencia de aquellos dos hombres. Negó con la cabeza y siguieron bajando, tras el último escalón ella se deslizó de su espalda y comenzó a andar. Llegaron a la última puerta del largo pasillo, la abrieron fácilmente metiéndose en su interior que estaba oscuro pero al cerrar la puerta se oyó un ruido metálico y una luz cegadora se cernió sobre ellos.
Unos pasos se empezaron acercar a ellos, el muchacho se puso delante de su pareja aunque aún estaba aturdido.

-Vaya,vaya pero si es la parejita feliz- comentó una voz grave e imponente- Que casualidad encontraros por aquí.

-No puede ser- gruñó el chico con los dientes apretados y mirando con rabia al hombre que tenía delante. -Déjanos irnos.

-Sabes que eso no es posible, tienes algo que deseo.

-No permitiré que la toques antes tendrás que pasar por encima de mi cadáver- amenazó el joven pegando a su amada más a él.

El hombre, que debía ser el jefe, miro a sus soldados y con un movimiento de cabeza, estos se convirtieron en lobos.

-Ya le habéis oído.

Y tras decir aquellas palabras, las fieras se abalanzaron a por ellos. El chico se transformó en lobo y consiguió parar a uno de ellos, seguidamente fue a por los otros que tenían a esta acorralada.

-Huye- le gruñó.

Ella echó a correr como pudo pero alguien la cogió del cabello y la tiró al suelo, al levantar la cabeza se encontró con los oscuros ojos de su perseguidor.

-Tú no te vas ningún sitio- dijo este y la cogió del brazo levantandola con brusquedad- Dejar al chico ya tengo lo que buscábamos.

Los lobos se separaron de su presa, mostrando a su amado ensangrentado y moribundo.

-Aguanta mi lobo temerario- susurró ella e intentó ir a por él pero la férrea mano de su carcelero no la soltó.

El hombre puso cara de asco y empezó a arrastrar a la chica. Una vez ambos de espalda pronunció las palabras que destrozaron el corazón de esta:
-Mátalo.
Antes de salir de allí se oyó un aullido de dolor.