BRUSILDA

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-¿Quieres combatir contra mi?-pregunto incrédula.

Había estado toda la mañana hablando con Griselda, me había acompañado a entrenar y ahora me quería desafiar.

-¿Acaso tienes miedo?-sus dientes puntiagudos son desvestidos por su sonrisa afilada.

Griselda puede ser escalofriante.

Subimos al cuadrilátero y deja caer su cadena larga y pesada llena de óxido que se enrolla a sus pies con una risotada. No ha dejado de sonreirme con esa mueca sádica que siempre le cruza el rostro. Como si no fuese ni un octavo de una amenaza para ella aún cuando esta varios puestos por debajo mío.

El inicio del combate transcurre como un baile: ambas atacamos, esquivando el arma de la otra con gracia, con medias lunas y vueltas rápidas.
Bailamos a la melodía del martillo y la cadena en una pista de gravilla manchada de rojo.

Mi martillo no puede, directamente, vencer a su cadena aunque a Griselda destrozarla puede. Debo vacilar a esa serpiente metálica que la resguarda y le asegura el perímetro para poder vencerla.

Mientras me distraigo pensando en cómo colarme dentro del área que marca su cadena, esta viaja hacia mi y se enrolla en mi martillo.

Griselda me jala hacia ella y, de un impulso, nos encontramos a centímetros una de la otra.

Ladea la cabeza sonriente.

De un movimiento rápido le cambio el juego: paso el martillo tras de ella y la atrapo dentro de su propia cadena.

-¿Tú tienes miedo?-le susurró al oído. Mis brazos la rodean y se cierran delante de ella, siendo el martillo una clase de candado en la jaula que mis brazos le brindan.

Veo sus comisuras erizarse antes de que me de un pisotón violento en el pie y me obligue a soltarla.

Suelto un gruñido y Griselda ríe.

-Eso me ha dolido.- le reprocho.

-Tu querías asustarme-replica simple, enrrollandose la cadena a la cintura.

-y así lo hice.-me cuelgo el martillo a la espalda-sólo que recobraste la compostura.

¡Se ha encontrado un cadáver! [Yaoi/Yuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora